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ASUNTOS DE FAMILIA
Película Uno de nosotros
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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La atmósfera de serenidad familiar dura poco en el rancho de los Blackledge. La parquedad verbal junto a las miradas tiernas y algodonosas de un matrimonio plácido sufrirán una tragedia inesperada. El ambiente de desayunos y cordialidad caseros encuentra pronto en Margaret Blackledge un obstáculo para la maternidad de una hija relegada al plano secundario mientras ella acapara el protagonismo cariñoso. La abuela proteccionista la eclipsa en su intento de ayudar y construir una convivencia bajo el mismo techo. La escasez de diálogos y la importancia visual ante las palabras otorgan el marchamo de película independiente que sorprende dentro de una sencillez cómoda en un Oeste sin pistolas. La América profunda está dirigida por la placidez de George Blackledge, la despreocupación disfruta el cuento colonial con gusto por la doma equina. Algo era necesario para romper esa tranquilidad que corre el riesgo de endulzar una convivencia demasiado feliz. A pesar de la lentitud que se masca desde el comienzo, la intensidad sube la temperatura cuando la muerte rompe este cuadro costumbrista. La desgracia aparece como un daño irreparable que sólo el tiempo puede mitigar.
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La pérdida estrecha lazos allegados con la aparición de un hombre que cambiará el giro de la narración. El casamiento forzado, sin amor, busca borrar el pasado con la aparición de heridas nuevas. La paz y la añoranza de la pérdida conviven con el maltrato y la violencia descubiertos por casualidad. El proteccionismo con corazón se lanza a un viaje nervioso en busca del nieto arrebatado. Su recuperación arrastra la motivación de una abuela-coraje que piensa poco o nada en la salud de su heredera, secuestrada y agredida. Margaret confiesa, en el instante más feroz y sincero de la encrucijada, su incapacidad de amar a la hija. El rescate con instinto protector se adentra en otro matriarcado agresivo. Las pistas conducen a Dakota, tierra inhóspita donde los caminos conducen a ninguna parte. Los dominios regentados por Blanche Weboy trasmiten incomodidad para el forastero en unas tierras sometidas. La amabilidad abre las puertas hacia un mundo oscuro vigilado por la agresividad y el control de una mujer posesiva en la custodia del clan sanguíneo. |
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Thomas Bezucha construye un drama desasosegante por tramos, lento, huidizo de la confrontación hasta cuando el razonamiento resulta inviable y la gravedad de los sucesos obliga a tomar cartas en el asunto de manera directa e impulsiva. Las emociones crecen con rapidez tranquila en busca de un desenlace pacífico. El silencio de las miradas defiende la posesión en el claustro de los Weboy.
A pesar de que el argumento no embriaga por su originalidad, la cadena final de acontecimientos se resuelve a lo Tarantino, atrae la defensa heroica con destino previsible. La frase que Kevin Costner, George, dirige a su esposa en esta búsqueda desesperada es determinante cuando los baches entorpecen el viaje conyugal: ‹‹si empiezas algo, términalo››. Su silencio anterior se hace entendible. La fuerza de una madre que jamás se ha dado por vencida dirige esta aventura dramática cuyo objetivo ha sido la salvación de una progenie rota por el maltrato y el secuestro maritales. La obsesión por recuperar parte de lo perdido reviste de dureza moral un largometraje cómodo de entender. Los paisajes abiertos conectan con el flirteo claustrofóbico de la sangre y los disparos. El tono sencillo del inicio aspira adrenalina lentamente hasta abrazar la despedida con la delicadeza de quien susurra a los caballos. |
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