Lo esperado es algo inesperado ante lo que un director teatral en plena crisis de pareja y deprimido reacciona con decisiones tiritonas. Coge la carretera como la vía de escape hacia la libertad que le ha prometido a su madre. Lo nuevo de Achero Mañas, tras diez años de sequía cinematográfica, no obedece a un plan pensado sino que es una decisión tomada por obligación moral hacia su madre no biológica.
El deceso propicia el reencuentro entre parientes, da pie a una escapada inimaginable mientras que la unión entre padre e hija es indisoluble. Son los dos jinetes que, dentro de una furgoneta, recorren carreteras: uno con la intención de depositar el cadáver y su compañera de aventura busca convencerle de que recule en su error. El comportamiento insensato se escuda en el compromiso ante un hecho prohibido por la ley, algo que la muerta debería haber sopesado antes de estirar la pata. |