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SOBRECARGA DE ABSURDO PREVISIBLE
Película Fast & Furious X


J. G.
(Madrid, España)

Fast & Furious X
Ficha Técnica Video    
Nada aparece novedoso en otra repetición de acciones y personajes con ganas de convertir el mundo en una finca particular. El riesgo y el ganado estelar campan a sus anchas por estas tierras entre aventuras disparatadas que, en busca de la sorpresa, aburren quemando gasolina y llanta. La velocidad, de nuevo, los catapulta hacia un vértigo que surca cielos, levanta casquetes polares y recorre el mundo en una gira de 140 minutos que no lleva a ninguna parte. Tampoco revela destinos insólitos, al estilo 007, en un ir y venir frenético que sólo provoca estrabismo y dolor de cuello al espectador poco adicto a la droga de las sagas. Y es que, como el título indica entre lo provocativo, el anuncio de perfumería y el de ropa íntima masculina, ya van diez versiones de la misma idea. La novedad huye cada vez que escucha el eco del estribillo Fast Furious. El círculo emotivo que forjó su unión entre carreras callejeras y olor a llantas desgastadas, está agotando (si no lo hizo hace tiempo) los recursos para mantenerse en un pedestal de barro. Los amantes del ritmo rodante y el peligro juguetón contemplan ojipláticos como sus titanes pasan al bando de los buenos, de los apagafuegos que son perseguidos por quienes les han visto crecer y, de alguna manera, sufrieron los efectos colaterales de su justicia más vandálica que honesta.
 
El caos se ha desatado en Roma  
Dom Toretto y su vehículo: un Dodge Charger Daytona Banshee SRT

Las andanzas nuevas de aventureros viejos se han ganado su reputación gracias al pretérito,como nos recuerdan, para plantar sus posaderas en un continuismo marciano y adrenalítico. La coherencia se aleja de idas y venidas que reportan confusión y aburrimiento, eso si, bien salpimentadas por bofetadas y explosiones a tituplén. Emborracha. Sin ellas y los encotronazos persecutores, esta rapidez de furia dudosa no es nada. La artificiosidad de escenas paridas en la sala de montaje dan ese aire de juguete tecnológico que crece hasta convertirse en dominó imparable de caída eterna. Su principio se justifica en la vulgaridad de un guion infumable. Si Dominic Toretto y parentela son los garantes de la paz mundial, ¡que el cambio climático nos pille preparados! porque sus efectos son minucias de explicación científica. La entrega estrambótica de esta espiral retorcida disfruta en el absurdo como movimiento anticultural pero es capaz de justificar su sin sentido con argumentos vacíos, encargados de cubrir el expediente para pasar página rápidamente. Fast & Furious X es rapidez atropellada a pesar de que los estallidos y persecuciones tengan una coreografía pirotécnica hiperactiva.

La familia al completo  
El villano Dante (Jason Momoa)

El punto humano, remarcado por el papel que la familia juega en los Toretto, quiere reforzarse con la comida hogareña y el achuchón ajardinado, tan simplón como inculcador de valores tradicionales en el peor sentido de El Padrino. No importa que ese hogar se haya fortalecido entre el robo de cajas blindadas y otras lindezas a lo Robin Hood. El dinamismo insoportable por su fantasía dislocada mata la intriga, la trama se aguanta con tortícolis y algún que otro bostezo. Su acción se aleja de la historia coherente. El recurso actoral tira de figuras como Charlize Theron, que salva el pellejo mientras disfruta con los puños en escenas que pretenden ganar tiempo al metraje sofocante; tira de Vin Diesel con aura paternalista; recurre a Jason Statham para llenar pantalla de etiqueta agresiva o hace un rapeado cinematográfico con Chris 'Ludacris' Bridges reformado por los años. La aparición de Jason Momoa como Joker brasileño colorea la maldad con gotas de sobreactuación permitida. Y, por qué no: aplaudida. El hijo crecido en el odio entrenado desde Fast & Furious 5 busca la venganza bajo la capa de superhéroe con otro concepto del recuerdo familiar. Algo positivo de este capítulo neurótico es que sirve para comprobar que los años no pasan en balde por una saga sin narrativa sostenible. Al fenómeno Fast & Furious le falla las piernas aunque quiera sacar músculo a cualquier precio.

J. G.


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