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PATA NEGRA
(Al Kooper & The Funky Faculty. Presentación de "Black Coffee".
Sala Heineken. 28 de mayo de 2008)

J. G.
(Madrid, España)

Al Kooper

Pocas veces tenemos la  oportunidad de escuchar a una leyenda del rock & roll en vivo. Siempre nos pasamos el tiempo envidiando a los conciertos del extranjero.
-“Las leyendas no vienen a tocar a nuestro país”. Decimos.
Y cuando tenemos esa posibilidad a nuestra alcance, no la aprovechamos. Valga como ejemplo de lo anterior el paso de Al Kooper por Madrid.

Su nombre está escrito con letras mayúsculas en la historia del Rock. Teclista habitual de Bob Dylan, Tom Petty y Joe Walsh, líder de Blues Project y Blood, Sweet & Tears o descubridor de grupos de la talla de Lynyrd Skynyrd. Ha sido un personaje imprescindible durante más de cuatro décadas. Su colaboración con artistas como Bob Dylan, Jimi Hendrix, The Who o The Rolling Stones es esencial en gran parte de sus éxitos. Suyo es el conocido riff de órgano del tema "Like A Rolling Stone" de Dylan. Al Kooper tomó el pulso al ambiente musical de Madrid presentando “Black Coffee”. La sala Heineken estuvo semi vacía, a pesar de que poco a poco se fuera animando, pero sin llegar a las cotas de expectación que este artista se merece. Los que estuvieron eran grandes entusiastas. De nuevo se cumple la máxima “pocos pero buenos”. Siempre acompañado de su órgano Hammond, el músico de Brooklyn presentó el trabajo  "Black Coffe", un disco a caballo entre el soul y el funk. Fogosidad.

El  órgano de Al Kooper estuvo muy bien acompañado en todo momento por The Funky Faculty. El concierto sería inconcebible sin la aportación de Daryll Lowery al saxo alto. Este músico ha acompañado a Dizzy Gillespie y Jackie Byard, al ecléctico Ran Blake y a la leyenda bostoniana del funk Ellis Hall. Sus canciones desprenden libertad, no admiten estándares. Son limpias, no suenan a enlatadas. Y con vida. Su semi ceguera le hace ver la música con más claridad, sin agobios, sin inventar nada. Esbozaba sonrisas, las daba gratis y disfrutaba con el concierto. Su concierto. Tiene el don innato de hacer música para disfrutar. El reconocimiento se lo ha ganado con creces. Desde la Intro fue meritoria la labor de Bob Doezema, acompañado por los versos de su guitarra eléctrica, que en todo momento apoyó a Al Kooper.

Al Kooper domina el teclado con subidas y bajadas de tonos espectaculares. Hacía del silencio un sonido, parecía que domaba al silencio. Como un caballo salvaje al que hacía doblegarse hasta la nota más baja, sin perder el ritmo en ningún momento. Todo en clave de rock & roll. ¿Alguien da más? Recuerdos al soul de Ray Charles. Música con sentimiento. El trompetista Jeff Stout marcó el ecuador del concierto con un solo de viento y metal brillante. Vinieron a la mente los años sesenta, el Harlem, los gansters, novela negra, chicas de club nocturno, Harry el Sucio: todo ambientado en la noche de Chicago. Borrachos solitarios. Prostitutas. Películas en blanco y negro. Su música se da la mano con la literatura norteamericana de la América profunda y con los road movie de carretera.

-“Monstruo, monstruo”.

Todo apostillado por el piano y la voz de Al Kooper. Después de darle a los teclados cogió la guitarra eléctrica para hacer una de sus virguerías con las cuerdas. “I Can't Keep From Cryin'“La euforia volvió a subir entre el público al con el clásico del country  “Sixteen Tons”, un homenaje a Tennessee. Canción de una época que, interpretada por Al Kooper, combina el rap con el mejor soul.

De nuevo el dúo guitarra-saxo se convierte en protagonista. Gasolineras abandonadas, vaqueros mascando liquorice (una especie de regaliz) No faltóThe Diamond Ring”, un tema interpretado por Gary Lewis y los Playboys. El final se presentó en forma de solo con un meddley formado por “Like a Rolling Stone" junto a "Whiter Shade of Pale" y una vigorosa versión de "You Can Always Get What You Want", de los Rolling Stones.
Al Kooper bajó del escenario, y a capella siguió cantando, y balinado entre el público en una conga roquera. Durante más de una hora fue teclista para un grupo privilegiado de audiencia con gusto musical.

 

J. G.

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