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POR UNA BUENA CAUSA
(Dj Gerard Estadella y Nancy Rubias. Fiesta "Fashion Against Aids".
Sala Caracol, Madrid. 04 de junio de 2009)

J. G.
(Madrid, España)

Fashion Against AIDS

La lucha contra el SIDA no sólo está presente en los laboratorios farmacéuticos. La moda se ha saltado el glamour de las pasarelas y, unida a la música, ha aportado su granito de arena para luchar contra la promiscuidad. Las tijeras de sastre se han cambiado por las voces y guitarras para combatirlo. H&M han puesto a trabajar a los famosos, cambiando las tijeras por la música al presentar una nueva colección de ropa basada en su campaña contra el SIDA.
Todos tenemos el deber de evitar su expansión siendo más preventivos en los momentos del placer íntimo.

La multinacional de la moda juvenil ha lanzado la colección Fashion Against AIDS, como parte de la iniciativa Designers Against AIDS, un proyecto cuyo mensaje se apoya en la colaboración de reconocidos artistas.
La lucha contra el SIDA no fue argumento suficiente para atraer la curiosidad hacia la sala Caracol por lo vacía que estuvo: menos de doscientas personas. La respuesta no fue masiva, quizás selectiva, pero escasa.

Dentro de un ambiente disperso, la música de dj se encargó de hacer menos aburrida la salida de Nancy Rubias, el atractivo de esta reunión. La espera fue amortiguada por el dj Gerard Estadella, conocido fotógrafo del ambiente musical y nocturno, reemplazando los platos por el Mac, cada vez más corriente en una sesión de pincha, donde no importa tanto su destreza como programar música continuada. Algo frío.
Su propuesta es “una mezcla ecléctica que navega entre electro-rock hasta el noise, pasando por pop, favela, funk, r'n'b, 90s...”. El dj de cubata y cigarro ha dado paso al pureta cibernético.

El ritmo fue empapando cuerpos moldeables que se secuenciaban con pasos robóticos. Estos recordaron a Daryl Hannah en el papel de Pris, la replicante de Blade Runner, dentro de un ambiente desinhibido y de estética descuidada. Parecía una fiesta de disfraces: desde el que se empapeló con cajas de preservativos, a modo de post-it, hasta quienes exhibían mallas de plástico transparente. Estética New Romantics, recuerdos a la Movida Madrileña y años ochenta, candidatos a ser nuevo talento Almodóvar.

Los preservativos juguetones se hinchaban gracias a unos labios que, de buena gana, chuparían otra cosa. Eran globos voladores saltando de mano en mano, como quien quiere quitarse un marrón de encima. Los mismos que, dentro de sus cajitas, se ofrecían a modo de canapé protector y con ganas de ser saboreado. Mucha libido.

El escenario adquirió la luminosidad de un burdel, silueteada. Sintió el sudor de Nancy Anoréxica, álter ego de Mario Vaquerizo, y su grupo. Fue corto pero intenso. Nancy Rubias acapararon la atención de la sala: el oxígeno se deslizaba hacia sus cuerpos. El descaro de Nancy Travesti, a la guitarra, bebiéndose un mini de plástico sin propietario, recordaba a los Ramones. La exuberancia de Nancy O recordó a Russ Meyer, dinamita. Esta explosión de voluptuosidad contrastaba con el posado estático, sin rictus, serio, de Nancy Reagan a los teclados.

Se fueron sucediendo “Sálvame” ; aire de clorofila ante tanta oscuridad con “Glamazonia” ; “Maquillaje” ; “Bingo” ; “Nancy Ramone” ; puro electrorock en “Supertravesti”... Una mezcla entre el glam de David Bowie, el rock ramoniano y Village People.

Aunque a nadie le gusta ser una anuncio publicitario andante, las causas justas merecen un sacrificio por nuestra parte. Algo de marketing habrá en todo esto, pero la intención es bien acogida entre portadores y no portadores del virus.

 

 

J. G.

La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores expuestas en esta sección.
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