El sonido de Screams on Sunday, que se presentaba como plato fuerte, dejó mucho que desear aunque no se puede negar el impulso de una vocalista activa. Es rock puro gracias a la convicción instrumental que cubre la espaldas de Patti Noa. El carisma de Pepe Beuzebille gobernó su castillo percusionista revolucionando masas con una empatía presencial que levantó deseo y admiración. El ritmo meteórico del cuarteto madrileño nunca retoza por terrenos abruptos.
El concierto abrió las puertas con un nombre de procedencia siniestra. La denominación coloquial del Hospital Real londinense de Bethleme pone nombre a Bedlam Queen, un grupo cargado de rabia positiva. Su post-rock anterior asentó las bases en el Grunge que ha derivado hacia un Metal sólido. En la etapa como Last Breed, Quinn Villaine y Guille grabaron una demo con Wings of Destiny que ahora presentaron reformada en su versión 2.0. Bedlam Queen estrena formación en directo con bajo (Revell) y bateria (R. van Ponywhite) flamantes en un bautismo de fuego arropado y convincente. La diversión se prolonga con otro guitarrista, Leki: un hombre espectáculo, dueño de una provocación cercana, divertido y profesional ante el micrófono. Los fallos técnicos, imprevisibles, se convierten en parte del juego escénico; donde otros músicos se atragantan, ellos convierten el tropiezo en prolongación del jolgorio. La sensibilidad fluye por Always, la única balada de un repertorio emocionante que cierra el EP Burning Souls. Su desnudo musical presentó a personas que sienten la música con fuerza para vaciarse en su actuación en vez de figurines. Guardaron una sorpresa hasta el final, dejando un grato sabor de boca con Bedlam Queen, single adelanto de su próximo trabajo.
Bedlam Queen, debido en gran parte al encanto de Quinn Villaine, posee la frescura que Screams on Sunday adolece, convertida en fuerza de un rock inquieto. Su intensidad tantea el punk en la escenificación, siempre dentro de coordenadas roqueras. Si el público permaneció, hasta ahora, a una distancia sospechosa del escenario, la aparición de Screams on Sunday despertó el magnetismo que le atrajo hacia el entarimado. A diferencia de los teloneros, no interactúan con el público hasta haber calentado. Son jóvenes, saltarines; se lo trabajan con arte y se divierten tocando: lo tienen todo a su favor, hasta la posibilidad de pulir manías típicas del principiante más inocente.
Las canciones originales dieron paso a una mezcla de sonidos internacionales entre los que se reconoció el pop sintetizado del dúo sueco Icona Pop y el Hard Rock de AC/DC en Highway to Hell. A pesar de un final de fiesta alegre, la primera parte fue insuperable en una noche de gran rock nacional.