Hacer de la coincidencia un chiste fácil es un sin sentido muy explotado por el narrador poco imaginativo. Los protagonistas del concierto que tuvo lugar en la sala El Juglar incitan a ello: Geométrica y Glaciar comienzan por la letra G, cuyas connotaciones eróticas son un punto de partida divertido para describir una noche estimulante. Este encuentro musical atrajo sensaciones distintas, productivas para la estimulación conjunta unida por la llama del rock. Cada uno a su manera buscó la seducción del público que había dado calabazas a la final de la Copa del Rey, punta de la excitación made in Spain. Geométrica y Glaciar son dos juglares que cultivan un sonido con textos ajenos al estribillo fácil y la melodía comercial.
La banda malagueña Glaciar abrió esta noche de estrenos con el protagonismo de temas todavía calientes. Rompiendo la cuarta pared tiene la vitalidad de canciones basadas en texturas sonoras muy visuales. Cine y música hicieron de cada título algo más que notas encadenadas, despertando el recuerdo del oyente. Trajeron, en forma de holograma sonoro, la presencia de directores como Antonio Mercero, Achero Mañas, Matt Reeves, Christopher Nolan: Déjame entrar, La hora de los valientes, Noviembre o Interestellar despiertan un mundo ígneo y personal. La magia que del celuloide se convirtió en colorido acústico.
Glaciar, lleno de fulgor y magma volcánico, se acerca más al calor solar que a la frialdad del carámbano. Aunque sus integrantes no se muevan mucho sobre el escenario, su ritmo invita al baile gracias a composiciones adictivas. La interpretación personal de ¿Por qué te vas?, inmortalizada por Jeanette, sorprendió con una amenidad que superó las 78 revoluciones por minuto.
La huella de este Glaciar atrajo un calor sólido que, en vez de derretirlo, favoreció su presencia. Geométrica, también de estreno, focalizó su energía en una descarga constante de guitarras insaciables. A pesar de la buena intención, les faltó el punto de sal necesario para atrapar. Se dejaron el alma, con David Arduego (voz y guitarra) a la cabeza, hasta ganarse las habichuelas con justicia pero la magia de la seducción se resistió a aparecer. Después de su EP homónimo presentan un trabajo grande más redondo en el que la denuncia no falta, como Ser dioses no les vale: directa a la yugular de quienes se instalan en el éxito rápido. La formación proveniente de Baracaldo engancha sin colorantes ni conservantes. Además del indie-pop inspirado en Fenanz Ferdinad, Geométrica se adentra en la electrónica que certifica su versatilidad. Las letras, su gran fuerte, profundizan en los sentimientos aunque parezcan cubrirse con un manto apocalíptico: esconden el deseo de búsqueda, conscientes de que el presente no pinta claro. A parte del sonido atractivo, las composiciones nuevas aprovechan el concepto reflexivo sin arrinconar el elemento lúdico. La calidad abunda en Geométrica; un poco de chispa les hubiese hechos gigantes.
Desde su primer single hasta Arde, el segundo, atrás quedan muchos kilómetros recorridos, noches en vela, cumpleaños separados que han germinado en el LP Universo Hermético. La efervescencia instrumental presentó batalla, se defendió sin intención de agredir para crecer dentro de un estado gravitacional relajante. Ambos grupos son otro ejemplo de que la música española goza de buena salud y mejores perspectivas.