La muerte de quien te ha dado la vida provoca una acidez de estómago intimista; cuando comprendemos que un padre ha mamado de ella hasta su último aliento, ese sabor se convierte en aroma a vainilla. ¿Por qué imploramos a la nostalgia sobre alguien cuando su luz se ha apagado? ¡Por qué hacemos del recuerdo un arma que camufle nuestros miedos cuando sólo quedan cenizas? Quizás rebobinemos el pasado, y hablamos con los muertos, porque se nos ha ido la última tabla sobre la que nos agarrábamos. La vida tenía un sentido aunque nos quedaran vacíos, ese silencio parlante era la explicación a cualquier duda. Beginners habla de decisiones personales, de aguantar, de encontrar el momento para andar un nuevo camino, de aguantar; de la separación diaria causada por esa actitud mecánica.
El pasado y presente se cuenta con la intensidad de la memoria. |
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Hal (Christopher Plummer) es un ejemplo de renacimiento. Ser portador de una enfermedad terminal no le impidió seguir amando la vida; descubrir su esencia para encontrarse internamente. Después de padecer una vida resguardado bajo el paraguas del silencio, sale del armario en que una sociedad homófoba le recluyó.
Los años 50 no eran la mejor época par declararse amante de la homosexualidad ante el moralismo social más estricto de Dwight Eisenhower. Su hijo Oliver (Ewan McGrecor) recuerda aquella época con nostalgia incomunicativa hacia un padre que le amaba dentro de su particularidad. El silencio que le hacía mantener ese convencionalismo social creó una brecha entre ambos reparada por el reencuentro temporal. Oliver describe el pasado como el vínculo que fortalece el presente entre ambos. Vivir el día a día se convierte para Hal en juventud, explosión de vitalidad y madurez. |
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La vida nos infunde el temor a las relaciones, sobre todo si se carga con un bagaje infructuoso. Oliver no es hombre de vínculos sentimentales estables, ese miedo al nuevo fracaso impide lanzarse al vacío del cariño. personalizado en Anna (Mélanie Laurent). Un personaje mágico que aparece con la misma suavidad que desaparece: dulce y ligera. Entre ambos se establece una químdo estable soñadora y misteriosa. Ambos saben que el amor dura mientras dos personas son capaces de reír en silencio: un ejemplo de comunicación simplificada. Fragancia natural.
Hal es un alumno aventajado en la escuela de la vida deseoso de seguir aprendiendo, un chiquillo con zapatos nuevos; una delicia de interpretación. |
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Oliver aprende a vivir; rememora los últimos días con su padre en formato de álbum familiar, cronológico. Sus reflexiones justifican la actitud paterna, entiende el desconcierto pasado y se aferra a no desperdiciar un solo segundo a su lado. Ambos muestran un paralelismo de búsqueda amándose a su manera.
Mike Mill borda esta reflexión deliciosa sobre la vida y la muerte; la adaptación y el cariño. Christopher Plummer y Ewan McGrecor forman un tándem sobresaliente que refleja la intimidad humana en una relación singular entre padre e hijo. Una vez más, Beginners demuestra que las pequeñas historias encierran grandes vivencias y pueden convertirse en películas con luz propia. Nos aporta una reflexión sobre el sentido vital, la soledad y que es erróneo poner edad al amor. El Óscar llama a sus puertas. |
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