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AMOR MANIPULADOR JUNTO AL AMOR ARTÍSTICO
Película "Miradas de amor".
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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La suavidad maquiavélica con que se abordan los celos en el ambiente artístico esconde un tratamiento feroz del agresor hacia su-s víctima-s. Este egoísmo se interpone entre el amor y la posesión. Una vez más, se confirma la máxima de que el amor es un sentimiento perecedero;
en esta película, resulta algo necesario para construir la frase; las personas, un componente prescindible en la sintaxis amatoria. El drama de la vida cotidiana rodeado de arte exquisito y vanguardista. En el amor conviven sensibilidad y venganza.
Este mundo bohemio dentro del que el artista se zambulle, resalta el hedonismo del hombre. El placer de contemplar una obra estética se suma al placer de poseer cerca la belleza de un cuerpo femenino; donde la atracción juega un papel destructor. La inexistencia de ataduras se deja cautivar por un viento susurrando galantería. Una ola inesperada cuya fuerza ansía culminar la atracción sobre un cuerpo silente: como su obra. Epidermis pasional. Palabras recitadas en versos terrenales; inestabilidad; atracción del deseo. El frenesí justifica la aventura... Todo es un juego producto del azar, fiel al mandamiento de libertad pactado entre Gloria (Vittoria Puccini) y Lulli (Sergio Rubini); ¿su protector? El distanciamiento se convierte en evidencia.
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El artista, fiel a su creación se debe a la obra y no al revés. En “Miradas de amor”, el creador aspirante al éxito aprende que debe de sacrificarlo todo para alcanzar su meta; el consagrado, ejerce la presión. Para triunfar, primero hay que someterse a los dictados del tiranicidio superior; Lulli patrocina un mecenazgo manipulador.
Historia de romances, celos, traiciones, arrepentimientos consumados y perdones que no llegan a pronunciarse. La erótica del poder invade el mundo del Arte; la erótica del merchandising también. Toda esta feria de las vanidades circundante revolotea como un abejorro sobre Adrian (Piccardo Scamarcio), el artista, deseoso de que el mundo conozca su obra: su legado y su producto. Está avocado a convertirse en animal social para permanecer vivo en la pasarela del éxito volátil; se convierte en seguidor de Maquiavelo bajo el coste de la pleitesía. No hay distancia entre la fama y marginalidad.; entre amor y desprecio: son caras de la misma moneda. |
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Duele más que el ídolo con pies de barro sea desplomado por otro que si de derrite debido a su inconsistencia. Gloria es un amor en disputa; aparece como damisela dependiente de un tutor. Sus sentimientos hacia Lulli pierden voz con el tiempo. Monotonía. Éste posee un arte de dudosa pasión satisfactoria. Venganza maquinada.
Una vez que el éxito y el triunfo profesionales te han besado, se hace doloroso apearse en la próxima estación. Cuando el reconocimiento no constituye un logro personal sino la consecuencia de un arropamiento vengativo, muere en su espejismo... con el tiempo; supone una traición por la espalda en renglones shakespearianos. ¿Por qué el mundo se ve diferente desde este altillo? La humildad se convierte en humillación y la amistad en reproche. El aprendiz juega a ser dios, la persona amada pasa a ser una pérdida egoísta. |
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Los celos alimentan “Miradas de amor”. A pesar de cometer errores, unos tienen la capacidad de rectificar mientras que otros siguen fieles a su cetro de amor posesivo, como el creador hacia su obra.
Picasso dijo “Un artista copia, un gran artista roba”. |
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