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DESDE LA DISTANCIA CERCANA
Película "El mar nos mira de lejos"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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La leyenda se fusiona con la realidad mientras el mar se convierte en testigo del momento. El documental y la ficción establecen un círculo que gira con pasos espectrales. Y mientras, el oleaje nos mira desde un distanciamiento prudente en la ópera prima de Manuel Muñoz Rivas como director. El cineasta sevillano, conocido por las labores de montaje en Arraianos o Dead Slow Ahead, describe un mundo donde el presente se mezcla con el recuerdo, el pasado con la supervivencia. La persona, incorporada como elemento decorativo, adquiere un protagonismo secundario en un documental sobre la fuerza paisajística de la Naturaleza. La leyenda y el día a día pactan su amistad con un metraje que hace de la destrucción una oda tenaz y paciente. |
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Tan hipnótica como real, El mar nos mira de lejos muestra la magia de un entorno natural desde esa mirada callada que el paisaje esconde y el documentalista sensible capta. La fotografía de Mauro Herce atrapa la modificación del entorno con un encuadre poético que se recrea en el detalle. El color toma cuerpo gracias al roce del aire sobre la algaida, observando la retirada pacífica de las aguas entre oleajes dorados: un ejercicio de caricia erótica en la piel playera. La presencia humana funciona como apéndice de este mundo salvaje regido por el movimiento de las mareas, el avance camuflado de la arena o el crepitar de ramas consumidas por fuego hogareño. El agua nos mira paciente, entregado al bamboleo, dejándose llevar por su ritmo; el silencio se abre camino respirando Historia mientras, poco a poco, altera el ecosistema.
Doñana es territorio bravío, inhóspito, virgen y desolado donde el sigilo fortalece su personalidad. El diálogo, lejos de ser una diferenciación humana, se genera en cada movimiento, a través de la mirada, entre las arenas movedizas que extienden su manto sin encontrar resistencia. Manuel Muñoz Rivas establece un diálogo con el tiempo a través de fotografías que muestran a sus pobladores antiguos en busca de la identidad perdida mientras los turistas apadrinan el territorio movidos por combustible exhibicionista. Ya no queda nada de esos viajeros intrépidos excepto sus sueños dormidos, los vestigios de una civilización perdida que reclama un lugar en la memoria. Doñana es parte de una fábula real y paradisíaca; fragmento de una cultura que no debería perderse; una matrioska ibérica. |
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La narración de esta tragedia poética concilia vida y muerte en el mismo plano. La complicidad del hombre civilizado se urbaniza gracias a edificios que decoran postales de arquitectura inquietante, inerte y totémica. Es un canto a la Naturaleza en su desaparición progresiva y constante sobre una tierra tan agreste como romántica.
Para saborear el trabajo de Manuel Muñoz Rivas, particular en su primera dirección, hay que dejarse acariciar por las dunas andaluzas, sentir el tacto de las huellas marcadas sobre la arena como legado presencial humano y aceptar sumiso la mirada constante del océano Atlántico desde la distancia cercana. |
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Texto: www.photomusik.com
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