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EL VAMPIRO ILEGAL
Película "Mi vida entre las hormigas"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Jorge Ilegal, o Jorge Martínez García, es un tipo peculiar, único, identificable, temperamental y humano. Alguien que disfruta viviendo como una cigarra en vez de parecerse a una hormiga. Su lema es: Morir consumido por el sol en vez de trabajar. Después de superar tres décadas de actividad musical, los Ilegales, cuyas letras fueron agresivas para una época convulsa, se han ganado un puesto en la Historia del punk español. Jorge se ha dejado seducir por el alcohol, las drogas, ofreciendo canciones contrarias a la mentira, incapaz de atarse a nadie ni a nada. De hecho, su vida anárquica es un puzle de actitudes que ha ido completando sin perder la rebeldía inicial. El líder de Ilegales fue un mod dentro de un ambiente hippy.
La cultura musical de Jorge ha tocado todos los palos, enriqueciendo la importancia de Ilegales. Este profesor de guitarra ha bebido influencias de Joe Jackson, Kraftwerk o Police; es un caníbal del rock, una esponja que jamás ha dejado de absorver conocimiento. |
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A pesar de que la brusquedad de Jorge Ilegal pueda identificarle como un tipo borde, este embajador del rock asturiano valora la amistad con un sentido muy tribal, distinguiendo entre Jorge como persona y Jorge músico.
El documental “Mi vida entre las hormigas” muestra a un animal descontrolado frente a sus impulsos, al hombre espectáculo que no se muerde la lengua consciente de sus palabras. En vez de dejarse manipular, sabe dirigir masas con acento característico, entre chulesco y premonitorio. Hoy es alguien que piensa más con la cabeza que con los puños. Cosas de la edad. Es un vampiro de la noche, una víbora musical y un esperpento consciente de esta faceta cómica. El largometraje de Juan Moya y Chema Veiga indaga en el aspecto familiar de Jorge, desconocido en su faceta pública y ligado al entorno militar que aceleró su resistencia frente a lo establecido, lleno de adrenalina camorrista. Y el tiempo ha hecho que esta lagartija punk se haya recogido en su casa de la infancia, rodeado de una soledad admitida que le ha enseñado a domesticar un espíritu amante de la rebeldía. Tumbado sobre la cama de su hogar asturiano, las palabras caen como una losa sobre un cuerpo abatido por la decepción que pronto volverá a recargarse. También guarda zonas oscuras, necesidades inconclusas, reconociendo no haber hecho tanto como le hubiera gustado; llegando a afirmar que ha dedicado demasiado tiempo a divertirse de manera improductiva. Se impone la parte más humana de este hombre-artista-mito con desnudez sincera mientras sus palabras lanzan un quejido de insatisfacción lastimera.
El vocalista de Ilegales es un claro ejemplo de una vida rápida y loca. |
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La banda se despidió de los escenarios en 2010 para regresar en 2016 (Teatro Barceló, de Madrid), el mismo año que murió el bajista Alejandro “Espina” Blanco: todo un mazazo para el grupo y para Jorge, en particular. Este desmembramiento de Ilegales alumbró a Los Magníficos en 2011: un proyecto de bolos sin furgoneta y mucho jazz, alejado del punk subversivo.
Se muestra crítico con los sonido pijos de Kaka de Lux y el ambiente de los años 80 que, para él, fueron más una moda de niños ricos que una actitud social. Vive la llegada del pop sintético, la entrada del grunge, las luchas mineras de Asturias, los conflictos sociales de los años 80.
Más allá del atractivo novedoso que acompañaba al sonido tecno, la música de Ilegales criticó lo establecido, hablaba de lo silenciado (el suicidio, la heroína, las huelgas obreras) y jamás calló esa calma cínica que pregonaba la mediocridad burguesa. Su fama saltó el charco hasta Sudamérica y mientras en España raro era el concierto que no acabara con pelea, los seguidores ecuatorianos llegaban a tirarse por la ventana al escuchar su música. ¿Abducidos, hipnotizados?
Ilegales nadaron en dinero, fama y excesos gracias a una música que rompió moldes y unas canciones que, con el tiempo, se han convertido en visionarias como el maxisingle “Europa ha Muerto” o la controvertida “¡Heil Hitler!”, perteneciente a su primer disco, homónimo como manda la tradición. |
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“Mi vida entre las hormigas” se acerca al documental musical sin dirigirse a una público especializado en la historia de la banda asturiana sino que ha querido contar su vida de la manera más cercana posible, olvidando esa imagen estelar que absorbe al resto de documentales similares.
Si Ilegales es una banda autónoma, Jorge Ilegal es un personaje polifacético, cáustico, calmado con el tiempo, entregado a la música; coleccionista de soldados de plomo y guitarras eléctricas. Su banda sonora está llena de éxitos e historia musical donde las canciones guardan una función biográfica. El documental está apoyado por testimonios de antiguos componentes, músicos cercanos y periodistas musicales Jesús Ordovás, Diego Manrique o El Mariskal Romero. La música que adorna este testimonio audiovisual forma parte del relato de Ilegales. Siempre quedará en la mente la imagen de un grupo fiel a su música, tutelado por la silueta de Jorge Ilegal, un Nosferatu viviente. |
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