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AMOR EN TIEMPOS CONVULSOS
Película "Cold War"


J. G.
(Madrid, España)

Cold War
Ficha Técnica Video
Pawel Pawlikowski firma sus películas con un sello de autor reconocido. Después de Ida, las expectativas quedaron muy altas. Sin permanecer inmune a las críticas menos sonrientes, Cold War es un paso hacia adelante en la filmografía del director polaco. Su manejo de las formas exquisitas mima cada plano, acaricia la mirada de los actores, se erige como espejo cultural de Polonia. El tiempo adquiere valor troncal mostrando una sociedad desangelada y fría, virgen y estéril, alienada y solitaria. Los zarpazos de la Segunda Guerra Mundial aún están frescos en un territorio anexionado al ostracismo que impuso la órbita soviética.
 
Irena (Agata Kulesza) buscando rastros de documentación musical en la Polonia rural  
Wiktor (Tomasz Kot) dirigiendo una orquesta musical que representa más al poder político que cultural ensalzando la figura del dictador Stalin
El paisaje polaco que recuerda a Ida cubre los inicios del largo como una pluma blanca hasta que la maquinaria del sistema estalinista lo intoxica. Wiktor (Tomasz Kot) e Irena (Agata Kulesza) reviven al compositor polaco Tadeusz Sygietynski y su esposa, la actriz Mira Ziminska. Los fundadores de Mazowsze, homenaje a la región de Mazovia en 1949, recorrieron las zonas rurales del país buscando canciones populares con un aire rural cargado de armonía a las que Sygietynski hacía nuevos arreglos. Irena y su proyecto de compañía folclórica es la oportunidad para que Wiktor rompa los muros de un callejón sin salida que le acosa. Su deseo de escapar aumenta cuando el régimen empieza a utilizar esta idea educativa con fines políticos y descubre que la Seguridad del Estado le está espiando. La narración arranca con guiños de etnografía musical. Wikton e Irine, igual que Tadeusz y Mira, se dedican a recoger la huella sonora que vive en la identidad nacional de una cultura. La pedagogía estatal del reclutamiento comienza en un edificio apartado de la sociedad que recuerda al palacio Zamoyski de Klemensów, utilizado en Ida, donde suenan con fuego patriótico canciones sobre la Reforma Agraria y la Paz Mundial. Comienza una historia de amor interrumpida por el destino.
Zula (Joanna Kulig) en un salón destinado a los ensayos de baile, en el palacio Zamoyskis de Klemensów, para escoger futuras promesas musicales comunistas  
Wiktor junto a Kaczmarek (Borys Szyc), alto cargo del gobierno polaco
Cold War introduce el carácter documental de una ficción situada en el corazón de la política de bloques europea durante quince años. Los fundidos en negro marcan el cambio con estadios temporales que viajan por Polonia, 1949, 1954 y 1964; Berlín Este, 1952; Split, República socialista de Yugoslavia, 1955, independiente del bloque soviético y París, en 1957. El público debe rellenar las elipsis con su imaginación. Se impone la historia de amor perenne junto a la vida sentimental atropellada de Zula (Joanna Kulig), que terminará en fracaso alcoholizado, y el destino negro de Wiktor, perseguido y encarcelado por traidor.
La fotografía impecable, trazada con cartabón y fotómetro, dibuja la intensidad del amor en una historia triste. Capta las turbulencias de dos amantes fundidas en blanco y negro escrupuloso por la tragedia de una pasión descosida. La relación de aspecto de 1:1.33, heredada de Ida, recuerda, u honra, a los primeros documentales de Pawlikowski en 16 mm.
A pesar de sus bondades, su película no alcanza la vibración necesaria como para abrazar la complicidad con los protagonistas. Es apasionada, correcta, segura, araña el momento histórico decadente y el fracaso de dos destinos condenados a encontrarse con final poético. La historia de dos corazones apasionados se mueve entre las sombras y el rostro descubierto de Europa dividida por el telón político.
Wiktor y Zula en uno de sus múltiples reencuentros  
Wikton y Zula, ahora acercando más su amor

Sería cínico no reconocer la aportación magistral de Pawel Pawlikowski al cine. En su particularidad cromática, Cold War no dejará de ser un historia convencional de amor imposible marcada por la inestabilidad de una relación apasionada. Las pistas sobre su pasado residen en la música.

J. G.


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