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EL ZAPATO DE CRISTAL EN FORMA DE SUJETADOR
Película The Bra


J. G.
(Madrid, España)

The Bra
Ficha Técnica Video
Debería despejarse la categorización de The Bra como ejemplo de cine mudo, que originalmente no tenía melodía. Los pitidos de un tren, el silbato de Aziz, las exclamaciones, las risas de los protagonistas, los gritos, una música con alma regional hablan. Los diálogos verbales se han sustituido por formas comunicativas más cercanas. Veit Helmer ha querido marginar la sonorización de la palabra con gestos que funcionan a modo de intertítulos. La sintaxis no verbal es la base de una banda sonora almohadillada.
El tren atraviesa cada día un suburbio de Bakú en Azerbaiyan con tranquilidad. Su paso entre los habitantes es una tradición. El pitido del ferrocarril despierta el oído del pequeño Aziz. Deja de ser huérfano para convertirse en guardia municipal responsable de la seguridad aldeana. Una tarea que todos comparten, él disfruta y el conductor de la locomotora verde que cruza el poblado agradece. La normalidad instalada en la rutina no rechaza momentos cómicos cercanos a Buster Keaton o Jacques Tati. Nurlan es un maquinista solitario, sin hogar fijo, proclive a la aventura que disfruta sacando su tren de paseo; el jinete que premia a su caballo con un lavado mimoso antes de descansar. Su rostro es felicidad mímica. El ayudante convertido en sombra del reemplazo despierta la risa con ademanes de simio primitivo y haragán. La casualidad más impensable cruza un sujetador en la vida del conductor. Su imaginación colorea la decadencia profesional con gotas de esperanza y pinceladas de un futuro resiliente. La búsqueda de la dueña encuentra sentido a la ternura. El Quijote romántico enseña la felicidad de las cosas pequeñas que dan sentido al día a día.
 
Nurlan (Miki Manojlovic)  
Nesrin (Chulpan Khamatova), la niña traviesa que juega a asustar y termina siendo sorprendida
La poesía en las imágenes sin palabras recubre una historia afectuosa que no esconde la amargura del final laboral. La visión del torso desnudo y el tacto de la prenda encontrada supera al tópico fetichista con armonía. El cuento de La Cenicienta busca a la princesa-dueña en donde el príncipe ofrece el premio pectoral cazado al azar. Los personajes vivifican una película cambiante por segundos sin prisa. El fin justifica el camino sembrado de individuos convertidos en jugo del largometraje. Miki Manojlovic (Nurlan) es el motor romántico presente en otro largo de Veit Helmer después de Gate to Heaven (2003), junto a Udo Kier. Su mirada apacible, centrada en ir más adelante, recuerda los gestos sorpresivos de Walter Matthau. Denis Lavant, como Kamal, se ha ganado la admiración de Leos Carax por su interpretación en Holy Motors. Chulpan Khamatova es Nesrin, la niña traviesa que juega a asustar y termina siendo sorprendida. La solidez del teatro y cine rumanos está representada por Maia Morgenstern (Fidan). Ismail Quluzade, el niño Aziz, redondea un elenco unido por la humildad interpretativa. Paz Vega es un nombre mediático que tiene picardía en los ojos y poco más.
Nurlan buscando la dueña del sujetador perdido y la actriz Khumar Salimova  
Nurlan con el niño Aziz (Ismail Quluzade)

The Bra es persistencia dulce, un viaje sensual, cómico y delicado por la responsabilidad; un placer sin palabras. Es una alegoría a la indagación y la pérdida mientras los trenes, siempre de mercancías, forman parte del paisaje. Son serpientes ciegas que transitan una ruta marcada, sin iniciativa, movidas por el traqueteo identificativo. The Bra es un viaje por los paisajes caucásicos que se integra en la tranquilidad de sus campos y la soledad donde el tiempo ha decidido pararse. Es un acercamiento a la mujer azerí con casas cochambrosas e interiores palaciegos.
El cine para soñadores está aquí gracias a una cinta donde las expresiones dicen más que las palabras. El director alemán crea una lírica intemporal con perfil de cuento clásico sin repetir ni plagiar escenarios. Los destinos de Nurlan y Aziz se cruzan mientras el sujetador pierde su protagonismo y ambos emprenden una aventura caballeresca sin metas.

J. G.


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