El protagonismo de Clavier discurre atropellado distante de la tranquilidad que persigue. Ibiza es sinónimo de marcha juvenil. El tercer largometraje de Arnaud Lemort como director está lleno de situaciones alucinógenas y algún que otro recuerdo al gusto musical carca del personaje que interpreta Christian Clavier. Philippe terminará imponiendo su carisma rancio. El pasado juvenil de Carole levanta celos adolescentes en el hombretón de espíritu lozano. Las historias de verano se topan con amoríos antiguos que suscitan celos pasajeros eclipsados por la música de Skorpions (
Still Loving You) o el desparrame fiestero de Dr. P. con Philippe desmelenándose a ritmo de Joan Jett (
I Love Rock 'n' Roll), capaz de levantar el suelo de la noche balear ociosa. Lástima que
David Guetta no frecuentara el escenario de Ushuaia, copado por la pareja enganchada a los efectos potentes de las drogas psicodélicas mezcladas con vodka. También faltó el estribillo discotequero que D-Mob popularizara en 1989:
¡acieed!.
Woodstock, ¡que años aquellos!
El derroche nudista de fisonomía femenina despertó el espejismo del destape español que Andrés Pajares, Fernando Esteso, Antonio Ozores,
José Sacristán o José Luis López Vázquez cultivaron con humor más pueblerino que Christian Clavier.