El avance alemán sobre Europa aceleró un belicismo descrito sin bayonetas ni trincheras. La desmoralización y el miedo a lo desconocido impusieron decisiones que se saltaban la cadena militar. Charles De Gaulle pasó de dirigir los tanques del Quinto Ejército Francés a general sin pompas, obligado por circunstancias inesperadas. La improvisación tomó el mando. El círculo estatal galo se preparaba para claudicar, con
Petain a la cabeza. El militar ascendido se alzó contra el pesimismo conformista que jamás adoptó.
El drama íntimo ha perseguido su carrera ocupada por huidas y viajes relámpago que buscaban arreglar el mundo. Vivió la separación matrimonial, la preocupación por una hija con síndrome de Down y la imposibilidad de conciliar intimidad con su trayectoria militar. Las reuniones con
Churchill monopolizaron un comportamiento alejado del hogar. Su recelo inicial se tradujo en respeto.
Se buscaba el lado humano sin abandonar la faceta de estadista y político comprometido con la integridad europea. La necesidad de una fusión resistente entre Francia e Inglaterra despertó desconfianza en partidarios del orgullo británico. Esta biografía audiovisual ni aburre ni emociona, engloba el periodo que trascurre entre la debacle militar francesa y el discurso del
18 de junio de 1940. La fecha marcó el fortalecimiento moral para francófonos y algún inglés identificado con la lucha a través de una resistencia activa. Los encuentros con el primer ministro del Reino Unido y todo su gobierno alcanzaron la reconciliación de la enemistad endémica. De Gaulle tenía honor y resiliencia para conseguir el poder.