¿Será Vin Diesel la esperanza del cine que apesta a testosterona de laboratorio? Sí, con permiso de
Dwayne The Rock Johnson y unos inexistentes
Arnold Schwarzenegger y
Sylvester Stallone, y a pesar de que
Jason Statham aceche con una modestia más elegante. El soldado universal que era Jean-Claude Van Damme cede el testigo del mamporro actor californiano, apartado por un rato de la saga
Fast & Furious. Ray Garrison no es Dominic Toretto. El cine de ficción quiere parecerse a la realidad con cercanía pistolera aunque la memez cerebral arrase el entretenimiento.
Las batallas actuales no recogen valientes en combate; los muertos carecen de honores; los escenarios siempre tienen cara tercermundista y el villano suele ser enemigo de Occidente. Los protagonistas son soldados de élite formados para matar que pagan con la traición. El comienzo de Bloodshot es una aproximación a cintas bélicas y zonas hostiles o cualquier juego de guerra que se ven de en las grandes superficies. Ray Garrison es el recluta del siglo XXI que se apunta a la moda del universo Marvel mientras el superhéroe renace mejorado. Es el producto de las cenizas que un científico militarista aprovecha para crear una raza superior que a nadie pilla de sorpresa. Primera caída y decepción. La religión del poder alimenta estereotipos con más bíceps que cerebro. El hombre biónico está aquí para hacer de la justicia su fortaleza mientras los interrogantes sobre su procedencia cortocircuitan un sistema neuronal creado por ordenador. La tecnología crea atmósferas de imaginación grotesca a través de nano elementos que regeneran un tejido sin vida. Los poderes sobrenaturales son más chistosos que científicos. Ray Garrison es un recluta fallecido en combate cuya resurrección le confiere habilidades superiores a las de cualquier humano.
Bloodshot es una película de serie B engalanada con efectos de lujo técnico y vibraciones repetitivas en el aburrimiento. Personifica a un titán inagotable, un superventas de la marca
Valiant, un campeón inagotable, un disfrute para mentes destructoras y superficiales.