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CINE Y ESPECTÁCULOS
CARTELERA CULTURAL
Histórico
 
 
 


LA CRUDEZA DE LA MENTIRA Y EL MALTRATO
Película Alice, cariño


J. G.
(Madrid, España)

Alice, cariñio
Ficha Técnica Video    
El maltrato sicológico no sólo se muestra con empujones como Mary Nighy deja patente dentro de una acción marcada por la dependencia, el acoso y la decisión. La mezcla de amor en el aire y diversión reivindicativa abona el terreno del conflicto que madura entre golpes adolescentes y decisiones adultas. Alice está enganchada a la relación confusa, no sabe lo que quiere en la esfera emocional. Su fragilidad está demasiado atada a la persuasión de un chico que ejecuta la agresión a través de la sutileza afectiva mientras la utiliza como consuelo para la frustración de artista plástico fracasado (según sus palabras). Se convierte en el vínculo que refuerza una unión dañina a través del cariño como estereotipo del empuje cordial. En el otro extremos se encuentran las compañeras dispuestas a exprimir la vida, más próximas a un posible resacón en el lago que a Bridget Jones.
 
Alice (Anna Kendrick), la novia de Simon  
Simon (Charlie Carrick) junto a su pareja, Alice, asistiendo a una exposición pictórica de él

La ruptura con el pasado comienza a dar pasos inapreciables gracias a la fiesta entre chicas. La mentira resguardada en la falta de coraje se deja poseer por el vínculo abusivo que sostiene un temor subordinado a una masculinidad proteccionista y celosa. Aunque Simon, su novio, no quiere encasillarse como el controlador visible, ese control ejerce un magnetismo venenoso desde la sombra que enturbia una dependencia artificial, marcada por la continuidad atosigante. La imposibilidad por romper una ligazón imperfecta se mantiene en pie al tiempo que la amistad se deteriora entre amigas presenciando la inquietud gestual de una mujer indecisa. Su conducta atrapada por un compañero invasivo le impide contemplar al hombre como deseo para verlo con miedo, apresada. Sin ojos para nadie más, culpabilizada por girar su mirada sensual, incluso fantaseadora con deseos eróticos hacia hombres que no sean Simon. La comedia americana de chicas desenfrenadas encamina el susto inicial de juerga femínea hacia un drama reivindicativo que debemos asumir como normal. Fusionar la expresión empoderamiento femenino con el corazón de Alice, cariño es la vertiente fácil que no quiere profundizar en la raíz de un problema que sobrepasa el titular periodístico o el espacio de la crítica cinematográfica.

Alice durante la excursión campestre junto a sus amigas Sophie (Wunmi Mosaku) y Tess(Kaniehtiio Horn)  
De izquierda a derecha: Sophie, Alice y Tess frente a Simon

La realizadora londinense, valiente en su primera dirección de largometrajes se lanza a una piscina con tiburones y sirenas. Esta propuesta abandera una temática poco agradable para algunos, repetitiva para otros, o partidista, al visualizar con astucia una problemática fácil de abordar a través de la coacción somática. La violencia física y moral son más llevaderas para el espectador que sólo se sorprende con la ofensa empapada de sangre líquida. El maltratador aquí maquina una agresividad sosegada y omnipresente. Esa lentitud en los acontecimientos, los roces contaminantes y la determinación de mujeres que no quieren ser pisoteadas ilustran un contenido actual. El protagonismo corre a cargo del desequilibrio que origina un sufrimiento superior al vivido por el afectado, presa de sus fantasías equivocadas. La mentira femenina es el gatillo del engaño sometido. La prepotencia masculina, una pistola que desenfunda rápida, balas de fogueo ante otro francotirador. Alice, cariño es sencillez entendible, sin pretenciosidad, directa e incómoda por su humildad expresiva que alguien puede llamar recato. ¿Si el hostigamiento es femenino, el adjetivo elegido por todos inmediatamente se llamaría pervertida?

J. G.


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