Entrada a nuestra tienda
To our shop

flecha
Home

 
 
PHOTO

USIK

 

Buscador interno

Loading
pto

.MENÚ
.ZONA GRÁFICA

puntoConcierto 1
puntoConcierto 2
puntoConcierto 3
puntoConcierto 4
puntoRecuerdo 1
puntoRecuerdo 2
puntoBiografías
puntoPasaron
puntoReportajes
linea puntos
ZONA AL DÍA

puntoAgenda
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosNoticias
linea puntosNovedades
linea puntos
.ZONA DE OPINIÓN
puntoPágina del Musinternauta
puntoEntrevistas
puntoFrases musicales
puntoCine y espectáculos
linea puntos
.ZONA DE CLÁSICA
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosBiografías
linea puntos
.ZONA DE CONTACTO
puntoForo
puntoDe interés social
puntoEnlaces
puntoNewsletter
puntoTIENDA
linea puntos
.ZONA DE OCIO
linea puntosGraffitilandia
linea puntosAnecdotario
linea puntosChistes musicales
linea puntosLetras de canciones
linea puntosJuegos
linea puntosMúsica y salud
linea puntosRADIO
linea puntos
.ZONA DE DESCARGAS
puntoSalvapantallas
puntoProgramas
puntoTonos musicales

pto

 

 



 

CINE Y ESPECTÁCULOS
CARTELERA CULTURAL
Histórico
 
 
 


VIOLENCIA A RAUDALES
Película El protector (The enforcer)


J. G.
(Madrid, España)

El protector (The enforcer)
Ficha Técnica Video    
La acción preside un largometraje de barrio que nace, como sus protagonistas, en los bajos fondos. Las peleas como medio de vida son un lugar apetitoso para la fiereza curtida a puñetazos. Estos ambientes carentes de originalidad funcionan en recintos apartados o patios traseros convertidos en cuadriláteros espontáneos. Entre su público siempre existe un ojeador encargado de olfatear el talento diseñado para quitar la escoria sin que los jefes se manchen las manos. El inicio de El protector (The enforcer) -no confundir con El protector, de Mark Isham ni con la saga The equalizer (El protector), dirigida por Aintoine Fuqua- acontece como una continuidad de mamporros, extorsiones y cuentas por saldar. El resto respira gracias a su persistencia repetitiva. Una vez que el halcón ha puesto el ojo en su presa, los hilos que manejan intereses subterráneos comienzan a moverse.
 
Stray (Mojean Aria)  
El mafioso Freddie (2 Chainz) en su guarida

La historia del chico salido de la mugre gracias al poderío de unos puños servibles para despachar fuerza bruta esconde el deseo de encontrar un lugar en la sociedad civilizada. El púgil del arrabal se topa con secuaces misteriosos. Conoce un mundo en el que no hay límite para enriquecer a una minoría mientras el afán de poder se reparte Miami en zonas controladas por esta mafia callejera. El reduccionismo entre bueno y malo separa las posturas que vigilan sus intereses. El fin importa más que la manera de conseguirlo. El escenario turbio está regido por una figura solitaria, con aire distintivo que le sitúa por encima de los demás. ¿Cuda es Antonio Banderas o Antonio Banderas es Cuda? No se sabe muy bien. El tono grave de diálogos oscuros quiere asustar con modulación impostada, típica en el actor para dramatizar las escenas. Habla más con la garganta que con el corazón. La mirada cansada de interpretarse a sí mismo es un anuncio de perfumes sin aroma. Esta sonoridad ronca se vuelve agradable cuando lanza tacos entendibles para el espectador español en el único momento que Banderas es él mismo. La comercialidad de Richard Hughes le permite despacharse en su andaluz limpio, siempre bajo un timbre triste más cercano a la pena que al respeto. El actor malagueño se las da de duro y es un aprendiz de padre afable que intenta enmendar errores familiares. Su presencia mediocre busca la permanencia en pantalla como ese barrendero encargado de limpiar lo que otros no saben sanear. El descubrimiento de la ciberdiversión como una vía de negocio emergente, basado en la prostitución que no necesita hacer la calle, despliega las armas de una mujer letal: Estelle. Kate Bosworth es la maldad sin aditivos, un tiburón de los negocios sucios; Lexus y Billie son topicazos que se reparten el juego del protagonismo femenino; Stray, una víctima de su destino. Los personajes son figurines de cartón asidos a lo predecible.

Cuda en su Plymouth Barracuda  
Estelle (Kate Bosworth) 'haciendo negocios' con Stray (Mojean Aria)

El ajetreo está garantizado con mucho artificio y poca clase. El protector (The enforcer) es frívolo, agresivo gracias al elenco y recomendable para aprendices de matón o emprendedor mafioso. La fotografía da valor a la noche miamense y sus antros. La sangre, como parte básica de lo visual, escupe violencia en busca de un público fácil.
La presencia del coche como elemento totémico hace de Banderas un caballero impenetrable con armadura sobre cuatro ruedas. La presencia del Plymouth Barracuda es una anécdota recomendable que rivaliza con el clasicismo que marca siempre el Ford Mustang. La banda sonora ponen notas al espíritu callejero dominante con canciones bien escogidas. Siempre quedará el recuerdo de Los Korgis y su nelodía Everybody's got to learn sometime: lo más atractivo y menos esperado de una película hecha para el olvido rápido. El protector (The enforcer) es otra factoría del crimen organizado que no llega a convertirse en clásico cinematográfico del género.

J. G.


La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores expuestas en esta sección
.
Texto: www.photomusik.com ©
<< 2021       < anterior          siguiente >       2023 >>

© Copyright Photomusik.com