Phil
Collins, Philip David Charles Collins,
se va de los escenarios. Lo está
haciendo con una gira mundial llamada
"First Final Farewell Tour"
("La primera gira final de despedida")
. Un curioso juego de palabras que deja
abierta las ilusiones a los incondicionales
del ex-Génesis. ¿Significará
esto que volveremos a ver al genio de
la batería sobre el escenario?
¿Se ha acabado el Collins de
los mega conciertos? ¿Qué
va a pasar a partir de ahora con su
carrera musical?... Estas son preguntas
para las que sólo tiene respuesta
el mismo Collins. Lo cierto es que,
como gran músico, ha anunciado
su despedida de los escenarios con sencillez,
como si de otra gira más se tratara.
Su último trabajo,"Testify",
no ha tenido los resultados comerciales
que se esperaba, la edad le ha traído
problemas de sordera. Todos estos factores
han podido influir en su decisión
a la hora de dejar los escenarios. El
morbo lo ponemos nosotros. Se va en
calidad de showman, no como músico
ni como amigo.
Los comentarios más esperanzadores
apuntan a que el batería de Chiswick
tiene la intención de seguir
dedicándose a la música,
ahora en su faceta de compositor para
cine y teatro; su último encargo
es una versión de "Tarzán"
para Broadway. ¿Escucharemos
algún día sus melodías
en los anuncios publicitarios? Más
que nada por el hecho de diversificarse
en el mercado, aunque a Phil Collins
ya no le trae de cabeza tener que pensar
en el fin de mes. Lo suyo es hacer música
por placer y porque sabe que siempre
va a tener un público fiel a
sus trabajos. Da igual que sus nuevas
melodías no circulen por el P2P
como "I can't dance",
"Abacad" o "Paradise".
Su música será recordada
como un buen atractivo comercial para
las discográficas: "Sussudio",
"Two Hearts" o "Dance
Into the Lights" y por su vena
social: "Paradise".
Resulta imposible resumir la carrera
musical de Phil Collins en un concierto,
pero "First Final Farewell Tour"
son 120 minutos de espectáculo
acompañado de su mejor música.
Un show que comienza un con duelo de
baterías en "Drum Thing"
y continúa su camino por una
explosión de sensaciones entre
la ternura de "Against All Odds"
y la fiesta de "Can`t Hurry
Love". Las despedidas siempre
son agridulces y Collins deja tras de
sí la sensación de estar
disfrutando el momento. Exprime la intensidad
de su música hasta la exhalación,
sin dejar un vacío posterior.
Al revés, después de escucharle,
terminas regenerado, vivo. No te das
cuenta de que le has escuchado por última
vez hasta que bajas de esa nube y piensas
en volver a su próximo concierto.
-
¡Cielos! Si éste era el
último (recapacitas).
-
¡Este tipo es único!
(y te olvidas de que quizás no
le vuelvas a ver en directo).
Esta es la sensación que transmiten
las figuras que se van y cuyo recuerdo
sigue palpitando. No importa que no
editen más trabajos, que ya no
hagan más conciertos. El recuerdo
siempre estará vivo y no lo rememoras
con añoranza, sino con orgullo.
Phil Collins siempre será el
aventajado de Génesis, el rey
de la batería, y, por supuesto,
la calva más entrañable
del pop mundial.
...
Si
hay algo que reprocharía a Phil
Collins en ésta, su última
actuación ante un público
masivo, es su vestuario. Austero: camisa
sin cuello y pantalón amplio,
ambos de color oscuro - a lo que hay
que añadir su calva- , parecía
un monje budista; cómo si eso
significara haber logrado un grado de
madurez en la vida. Todos los grandes
han adoptado esta estética como
moda, y ya resulta cansina. No ser perfecto
es de humanos, por suerte.
...
Después
de todo lo dicho, Phil Collins será
recordado como el personaje gris de
"Face Value". En este
trabajo fue la canción "In
the Air" la creadora de una
estética del videoclip. Rodado
en blanco y negro, con bastantes primeros
planos, es una canción llena
de misterio y encanto. La calva de Phil
Collins y la ausencia de colores le
dan un aire duro, rocoso, carismático.
Los golpes de batería son más
vivos mezclados con la falta de expresividad
colorista. Es la simplicidad reducida
al vacío, un vacío lleno
de acordes made in Zildjan y Paiste.
Se
escucha "Take Me Home",
Collins se pierde tras el backstage,
y su estribillo todavía suena
en todos los escenarios donde el artista
ha desplegado su talento:
- "Got to go home /Tengo que
volver a casa".
Se
abre el telón de una nueva etapa
musical.