Hola
Inamol, me hubiera gustado que el sentido
de este texto hubiese sido de presentación
y no de despedida. El azar se cruzó
entre tu vida y la mía e hizo
que supiera de ti exactamente un día
antes de tu muerte. Todo sucedió
durante la celebración del concierto-homenaje
a los republicanos "Recuperando
Memoria" que tuvo lugar el 25 de
junio de 2004 en Rivas-Vaciamadrid.
Asistí para cubrir gráficamente
el acto, sin atender a más connotaciones,
encontrándome con la música
de Luis Pastor, Miguel Ríos,
Ana Belén, Aute, Víctor
Manuel, Lluis Llach, Ruper Ordorika,
entre otros... músicos de la
"resistencia". Y la palabra
de Juan Diego, José Sacristán,
Juan Diego Botto, Pilar Bardem... sobran
comentarios. Faltaste tú.
Disculpa
mi ignorancia musical, pero la música
de cantautor no es mi fuerte, y puesto
que no suelo mezclar música con
política tampoco me he preocupado
en exceso en bucear dentro de ese binomio.
Me quedé muy sorprendido al leer
la noticia del agravamiento de tu salud
en la prensa y como el nombre Imanol
Larzabal me sonaba, inmediatamente lo
relacioné con el acto republicano
del 25, fui a corroborarlo en mi ordenador,
y allí estabas, en el cartel
del mismo. ¿El destino, la casualidad,
lo injustificable, los duendes? ...
Como fotógrafo musical, me hubiera
gustado sacar unas instantáneas
tuyas, y no para inmortalizarte, sino
para ampliar mi bagaje cultural y gráfico.
No llegué a conocerte, oí
hablar de ti un día antes de
que murieras, vaya ironía (¡y
qué putada!, las cosas como son)
Puesto que soy un analfabeto en lo que
a tu carrera artística concierne,
no voy convertir estas palabras en un
análisis sobre tu personalidad
o tu trayectoria profesional. Tampoco
he querido leer nada sobre ti para ampliar
la escasa información que poseo,
ya que, entonces, el sentimiento de
escribirte salido del alma se convertiría
en una fría crónica periodística
o en un recuerdo póstumo de los
que aparecen en la última página
de un periódico.
Maldita casualidad la que se cruzó
en nuestras vidas, sino hubiera asistido
al concierto posiblemente no estaría
dirigiéndome a ti ahora. El impacto
fue tan fuerte... Aún están
frescas en mi memoria las caras de los
republicanos que asistieron al concierto
del día 25, alguno me preguntó
por el estado de tu salud. Yo no supe
qué contestar, así que
me remití a la información
publicada en prensa. Al mismo tiempo,
pensaba en la decepción de muchos
por no poderte escuchar.
Los
abuelos que allí se congregaron,
algunos mutilados, unos más emocionados
que otros, eran adolescentes desgastados
por el tiempo, se veía ilusión
en sus ojos (sobre todo en los de las
mujeres) y fe en su credo. Las canciones
republicanas se sucedían sobre
el escenario, la vida afloraba por unos
instantes entre los abuelillos. Creo
que si hay personas que los recuerdan
y homenajean es porque aún existe
una conciencia social.
No
quiero escribir un epílogo perverso
sobre tus andanzas políticas,
allá cada uno con sus actos,
ni realzar las bondades del difunto
convirtiendo tus fallos en virtudes.
Eso para los hipócritas de la
diplomacia social cuando uno ya no puede
escucharte. Me dirijo a ti como amante
de la música y, al mismo tiempo,
como analfabeto musical, sobre
todo de tu trabajo. Te he descubierto
un día antes de tu muerte, lo
siento. Me quedo con una sensación
de réquiem, interrogante. He
intuido que fuiste un músico
díscolo para algunos, lo que
me ha entusiasmado más. El día
en que falleciste escuché unas
palabras tuyas en la radio: "...
y no quise hacer declaraciones a revistas
para que nadie se aproveche de mi condición
vasca. Sólo quiero hablar de
mi música". ¿Fue
esto un escudo para evitar las críticas
o una reafirmación personal?
No lo sé porque no te he conocido
y no puedo juzgarte a conciencia. Al
fin y al cabo, también fuiste
un personaje público... Perteneciste
a ETA, eras un independentista vasco,
luego te desvinculaste de la banda,
te amenazaron de muerte sufriendo
presiones desde que en 1986 participaste
en un concierto de homenaje a la ex
dirigente de ETA Dolores González
Katarain, "Yoyes", tuviste
que abandonar el País Vasco,
has muerto en Orihuela... veo que fuiste
un hombre de mundo.
Imanol,
me hubiera gustado escucharte aquel
25 de junio de 2004, junto al espíritu
republicano, con la canción protesta
como telón de fondo. Me hubiera
gustado que hubiesen pasado muchos años
y presumir de haber conseguido fotografiarte.
De tener un archivo gráfico que
pasa a la posterioridad de la iconografía
fotográfica más por su
valor sentimental que histórico.
Luchaste por la libertad, tengo entendido,
con la mayor arma que el hombre tiene:
la palabra. Esto es lo que me atrajo
de ti y hace que te admire, pero, repito,
no te hagas ilusiones.
Es preferible luchar por algo y ser
odiado que ser alabado mientras te quedas
con los brazos cruzados.
P.S.:
¿Hay alguien que conozca la línea
que separa el bien del mal?.