Entrada a nuestra tienda
To our shop

flecha
Home

 
 
PHOTO

USIK

 

Buscador interno

Loading
pto

.MENÚ
.ZONA GRÁFICA

puntoConcierto 1
puntoConcierto 2
puntoConcierto 3
puntoConcierto 4
puntoRecuerdo 1
puntoRecuerdo 2
puntoBiografías
puntoPasaron
puntoReportajes
linea puntos
ZONA AL DÍA

puntoAgenda
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosNoticias
linea puntosNovedades
linea puntos
.ZONA DE OPINIÓN
puntoPágina del Musinternauta
puntoEntrevistas
puntoFrases musicales
puntoCine y espectáculos
linea puntos
.ZONA DE CLÁSICA
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosBiografías
linea puntos
.ZONA DE CONTACTO
puntoForo
puntoDe interés social
puntoEnlaces
puntoNewsletter
puntoTIENDA
linea puntos
.ZONA DE OCIO
linea puntosGraffitilandia
linea puntosAnecdotario
linea puntosChistes musicales
linea puntosLetras de canciones
linea puntosJuegos
linea puntosMúsica y salud
linea puntosRADIO
linea puntos
.ZONA DE DESCARGAS
puntoSalvapantallas
puntoProgramas
puntoTonos musicales

pto

 

 
 


 


MUSINTERNAUTA

TU OPINION TIENE UN SENTIDO
Histórico

 


HURACÁN VELMA
(Velma Powell. Presentación de "Blues To The Bone".
Sala FNAC Callao, 26-febrero-2018)

J. G.
(Madrid, España)

Velma Powell
   

El grupo que acompaña a la cantante chicana Velma Powel despertó el gusto por el blues durante un concierto destinado a paladares exquisitos que saben apreciar las vibraciones de la melodía hecha con el corazón. La sobrina nieta de John Lee Hooker liberó su talento al presentar Blues To The Bone en pequeño comité con un torrente vocal singular. Los vallisoletanos Bluedays fueron el acompañamiento idóneo para alcanzar una atmósfera de club años 60. Su espíritu inquieto evoca etapas gloriosas del sonido que ha creado historia, manteniéndose en la brecha con seis discos en el mercado. Los dos últimos, en colaboración con Velma, fortalecen unos lazos hermanados por algo más que una sintonía evidente. Son una mezcla de sonido negro y diversidad fisonómica, músicos de sesión y espectáculo detectivesco, exceptuando al vocalista: más vaquero que policiaco. Aparecieron en el escenario como auténticos hombres de negro, con sus gafas oscuras, compartiendo una intriga uniformidad que no podía evitar la sorpresa cómica. Eran los KISS del film noir.

La voz de Velma Powell se lanzó enérgica desde la primera canción como ese chorro impetuoso desconocedor de los obstáculos. Fue el grito explosivo que sale de la entrañas para compartir su entusiasmo por la vida. La picardía en sus letras es consustancial al espíritu jovial de una mujer que firma con su sonrisa perenne. My Name, perteneciente al nuevo disco, conjuga el secretismo masculino con saber guardar la ropa en el momento adecuado, la infidelidad con la discreción: otro ejemplo de que por la boca muere el pez. Lawyer deja el protagonismo a las cuerdas mientras Velma Powell despareció del escenario; seguía susurrando en la oscuridad, entre el público cautivado. El estallido de Bluedays puso música a sus movimientos sobre la electricidad generada, algún wow se escapó con gozo por la sala. Las anécdotas personales le han servido para la creación de Nothing but the Cat, el single de su disco recién horneado. Let's Storm this Place se mete con el espectador que necesita ser levantado por una grúa para llenar de ritmo la sala. En sus temas tampoco falta el humor, como se puede comprobar a medida que se escuchan. La guitarra mantiene un compás de blues incansable.

El carisma de Velma Powell se distingue con esa amabilidad que invade el horizonte junto a una mirada penetrante. Sus ojos, llenos de complicidad íntima, gesticulan al tiempo que se clavan en la mirada ajena estableciendo una química que se convierte en sustancia efervescente junto a su grito rotundo, rompedor, diáfano, limpio y negro, muy negro. Velma no es cáustica sino saltarina, llena de combustión. La sonrisa en la boca, y su cercanía, la mantienen en un pedestal que comparte con su audiencia. Sobre las tablas, traduce con sus movimientos el sentido de letras llenas de amor, desamor, vidas cotidianas, añoranzas de gatos perdidos que priorizan al gimoteo ante la injusticia laboral, juegos expresionistas del día a día que no persiguen complejidades lingüísticas.

Los Bluedays, teloneros de John Mayall, Gary Moore, Status Quo, Billy Boy Arnold, Lurrie Bell o Bob Margolin, la acompañaron con latigazos de electrófono tenso. Jorge Otero “Jafo” (bajo y contrabajo), Nacho Castro (batería), Mike Terry (guitarra) y, sobre todo, su vocalista y guitarra Carlos Sanz dieron esa chispa de espectáculo necesaria para romper el hielo y mantener despierta la atención. Reinó el mismo patrón de un blues guitarrero en el que la sonoridad de Vela Powell fue la nota colorista que desarrolló un potencial expresivo sobresaliente. Es ritmo contagioso que hace sentir cada nota intensamente; vibrar con ella a pesar de que las canciones presentadas se caracterizan por un final seco.

Un estribillo de aplausos rítmicos (vaga referencia a la Marcha Radetzky) marcó un compás divertido en el cierre de este concierto reducido que calienta motores para el inicio de su gira en la sala Clamores, después de seis meses sin lanzar el vuelo. Los de hoy fueron 45 minutos penetrantes de blues volcánico. Right here. Right now.

 

 

J. G.

La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores expuestas en esta sección.
Texto: www.photomusik.com ©
 
<< 2017      < anterior          siguiente >       2019 >>

© Copyright Photomusik.com