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TRAS UN AÑO DE OSCURIDAD SE HIZO LA LUZ
J.G.
(Madrid, España)
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Cuando
en un charla sale a relucir la palabra
Cultura parece como si todo el mundo
supiera de que se está hablando.
-"¡Sí, Cultura! Los
que nos diferencia de los animales".
-"No, Cultura es lo que distingue
a un pueblo de otro".
-"Perdonad -surge una voz entre
el vacío del grupo- mis gustos
son Cultura. El Arte es Cultura, la
música es Cultura, sin importar
su procedencia. Lo que yo aprendo de
tus actos y tus palabras también
es Cultura. Pero lo más importante,
el comportamiento de las personas en
una sociedad es Cultura".
De repente se hace el silencio en el
grupo sin saber nadie que responder.
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El
21de junio se ha celebrado el
"Día de la Música",
en el que se reivindicaba la bajada
del IVA para los discos compactos
como una forma de canalizar la
música como elemento cultural;
mucha celebración (que
partía de una entidad mercantil
involucrada en el mundo musical,
entre otras actividades). Un día
después, todo sigue igual:
las casas de discos, los megastores
musicales, la SGAE... forrándose
a costa de la música y
el público consumidor cada
vez más harto y más
amante del "top manta".
-"¡La culpa es del
Gobierno que no invierte en Cultura
y que no pone los medios legales
para acabar con la piratería!"
(dicen los que mueven el negocio
musical).
-"¡La culpa es del
que pone a 30 euros un producto
que les cuesta 7!" (escucho
a mi colega del curro).
Siempre habrá unos que
manejen en cotarro y otros, la
gran mayoría, a los que
no les queda más remedio
que tragar con lo que les dan.
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Hace
poco más de un año
se produjo un hecho insólito
y bochornoso en la historia musical
de Madrid: el cierre de la Sala
"Caracol" (algo más
que un nombre o un garito de copas).
Eran las 12.30 horas del 27 de
abril de 2001. La Concejala presidenta
de la Junta de Arganzuela, Eva
Durán, ordenó el
cierre inmediato de la sala alegando
que no tenía en regla los
permisos necesarios, por lo que
su actividad no era lícita.
Aquel día tocaba en la
Sala "Caracol" el grupo
barcelonés de hip hop "Magnatiz"
y de la misma forma que llegaron
a Madrid tuvieron que regresar
a Barcelona con las manos vacías
y las moral por los suelos. Posteriormente,
el día 3 de mayo se convocó
una Rueda de Prensa en la que
se expusieron las medidas que
se iban a tomar ante esta situación.
El día 11 del mismo mes,
una manifestación integrada
por gente del espectáculo
(los que vemos pero nunca nos
acordamos: puertas, personal de
oficina, de backstage, de seguridad...)
y amantes de la música
se convocaron ante el Ayuntamiento
de Madrid para demostrar su rechazo
a esta medida. Hasta aquí
la crónica de los sucesos.
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La
concejala decretó el cierre
porque la sala desempeña
una función que no se atiene
en su licencia de actividades,
cuando en el epígrafe de
dicha licencia se puede leer:
"escuela de enseñanza
y desarrollo de eventos relacionados
con la música popular".
Por la Sala "Caracol"
han pasado artistas consagrados
que cultivan todos los géneros
musicales, y para muchos ha supuesto
un trampolín a la fama
que hoy disfrutan. Resulta dantesco
afirmar que esta sala, con nueve
años de existencia, estuvo
funcionando sin intromisión
de la Concejalía siendo
propiedad de dos hermanas de Esperanza
Aguirre, concejala del Ayuntamiento
de Madrid cuando fue expedida
la licencia.
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"Caracol"
no tiene licencia como sala de
fiestas, sino como sala de conciertos,
en vigor desde julio de 1994,
la cual lincluye todos los eventos
relacionados con la música
popular, incluidos escuela de
enseñanza, de música,
de técnicos... Es una sala
multidisciplinar histórica
y popular para los amantes de
este mundo.
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El respeto a la
música es una forma de
educación.
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Este
no es un tema que atañe exclusivamente
a un público joven, grandes
consumidores de música, sino
a toda persona que se sienta involucrada
en la Cultura de su sociedad. Otro
punto de vista es que nos planteemos
la supervivencia de la Sala "Caracol"
como un elemento mercantil, el cuál
es explotado por unas personas determinadas.
De todas formas, bienvenida sea
cualquier iniciativa de promoción
cultural, no sólo en el ámbito
musical. Además, la Cultura
(y la música que es lo que
nos atañe) también
es negocio, es una vía tan
lícita como otra cualquier
de ganarse la vida, respetando siempre
la legalidad.
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La
Cultura es un componente social
al que no le damos la importancia
que se merece. La mejor forma
de reivindicar la música,
una expresión más
de Cultura, es mamarla en la
calle desde la infancia creando
espacios adecuados para su difusión.
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Se
dice que otro de los motivos del
cierre de esta sala son las denuncias
puestas por los vecinos del local
debido al ruido que originaban
sus espectáculos. Poco
antes de que se cerrara, "Caracol"
fue objeto de unas medidas de
acondicionamiento entre las que
se encontraban su ampliación
y redecoración.
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Después
de un año de reivindicaciones,
el 27 de abril de 2002, las puertas
de la Sala "Caracol"
se volvían a abrir, en
este caso con un espectáculo
flamenco:"Ciclo Noctámbulos
flamencos", que celebró
su primera edición en 2000.
Los encargados de esta apertura
fueron los cantaores y bailabores
"Guadiana", "Ramón
El Portugués", "Montse
Cortés" y "Antonio
Ingeta" en el cante jondo.
Sonó la guitarra de "Raimundo
Amador", la música
de "Maita Vende Ka"
entre otros.
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Ahora
más que nunca entiendo
la frase que escuché en
boca de mi abuelo por primera
vez: "la música
nunca suena a gusto de todos".
Los ancianos siempre tienen razón.
Esperemos que la nueva andadura
de la Sala "Caracol"
no se vea empañada por
turbios asuntos de politiqueo
y que las personas lleguen a la
cordura sin la necesidad de tirarse
los trastos y sin perjudicar a
la música y a tantas personas
que indirectamente se ven afectadas
sin tener culpa de una decisión
política, de favoritismos
políticos o un mal acto
de algún empresario, ya
que la música está
para respetarla y para defenderla
no para usarla ni aprovecharse
de ella.
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