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PESADILLA EN CASA DE LA NOVIA
Película "Déjame salir"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Banda sonora |
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El terror que no se ve el que asusta de verdad. Aquél que puede olerse en la distancia y mastica una sospecha inquietante. Ese terror que pone la imaginación del espectador a trabajar. Alfred Hitchcock decía que “No hay ningún terror en un disparo, sólo la anticipación a él”. El suspense que se respira en “Déjame salir” es una mezcla de romance y miedo psicológico; un susto administrado en dosis inteligentes para que resulten tan inocuas como efectivas, destruyendo cualquier ápice de control mental. Huye de la sangre enlatada y gritos chirriantes que hacen sonreír para ir subiendo, con moderación templada, la temperatura de su efervescencia terrorífica. El miedo se convierte en vapor ascendente donde la bienvenida afable se codea con lo carnicero; en baile vampírico dirigido por una batuta tan letal como quirúrgica. Donde el amor es un cebo para cazar al incauto y la víctima se adentra en la guarida de sus verdugos por invitación.
La tensión sigue una curva ascendente hasta alcanzar un pozo sin fondo y el inocente sucumbe ante el control de una hipnosis manipuladora que desarma a la víctima futura. |
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Los miembros de la familia Armitage disfrutan en su papel de hidra asesina: desde Missy, la madre manipuladora que hace de la hipnosis el arma blanca con el que caza a las presas para luego cederlas a la hoguera familiar hasta la idiocia psicopática de un hijo y hermano racista, pasando por el padre blanco, votante de Obama, que no parece haber roto un plato. Sin faltar el jardinero negro fiel o Georgina, menos tostada, la empleada doméstica cuya obediencia levanta sospechas: orgullosa de una sonrisa recién blanqueada y mirada delicada que terminan por molestar. Todos se mueven como alimañas mientras pasan desapercibidos. El primer trabajo de Jordan Peele como director, sin perder el aroma a humor familiar, introduce a Chris Washington, el novio engañado, en un laberinto de secretos escondidos y pasadizos oscuros de los que se va a convertir en visitante honorífico. |
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Si la primera visita a la casa de la prometida resulta embarazosa, tener como suegros a Missy y Dean Armitage es para perder los nervios. Después de la toma de contacto entre el novio y su futuro hogar, se impone, en forma de rito iniciático, la obligación de asistir a una fiesta familiar convertida en zoológico. Es una pasarela de figurines mosqueantes desfilando entre humor interracial, resaltando la cercanía siniestra a "La semilla de diablo" de Polanski.
Todo funciona como un reloj macabro, lleno de tensión, hasta los momentos finales en los que Chris se salva de la quema aniquilando a los miembros de esta secta macabra. El final atropellado, en vez de sorprender, desbarata la psicolosis mantenida: momentos en los que se descubre el verdadero rostro de otra familia Manson desatada. Hasta ahora, nadie se había percatado de que la casa Armitage estaba presidida por el siguiente cartel: “Chica blanca busca novio negro para descuartizar en familia”. |
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