No se puede considerar
cine de autor a todas las producciones que abanderen la rebeldía en su forma y estilo. Sólo cuando la mano del director aporte sabia regeneradora a un guión inseguro puede respirar tranquila. Serge Bozon se escuda en esta etiqueta mientras reconstruye, como monstruo moderno, el mito que Louis Stevenson pusiera en marcha con
El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. La adaptación libre de esta novela corta es el alma de
Madame Hyde, una película irregular que, si no fuera por Isabelle Huppert, pasaría desapercibida. Aunque no sea su mejor trabajo, la actriz francesa inunda de color el ambiente rocambolesco trufado de borrachera cómica. El esperpento reinante impulsa esta nueva lectura con una fuerza eléctrica constante. La energía, tanto en forma de ley física como chasquido emocional, alcanza el trance más disparatado en una versión original y descabellada del clásico literario.