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CINE Y ESPECTÁCULOS
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AMOR DE PADRE
Película "Tu hijo"


J. G.
(Madrid, España)

Tu hijo
Ficha Técnica Video
La misión del médico es salvar vidas, dar esperanza y aceptar la muerte como parte de su trabajo. Sin embargo, ¿qué sucede cuando el cirujano se encuentra en el quirófano a su propio hijo inconsciente, cuando la frialdad sabedora de camuflar con optimismo lo irreversible se bloquea. ¿Prevalece la pátina optimista de la esperanza o se vuelve todo oscuro? El mundo se paraliza de sopetón con la brusquedad de un frenazo accidentado. La misión tutorial del padre se angustia con el recuerdo del vástago. Así es como Jaime Jiménez (José Coronado), hierático, revolotea entre los callejones de Tu hijo. La protección metamorfoseada en proteccionismo y la represalia ante la inercia policial invaden el corazón de un progenitor impotente que aparca la justicia en segunda fila.
 
Jaime Jiménez (José Coronado), un médico que se enfrenta a la vida y la muerte cercanas  
Jaime y su hijo Marcos (Pol Monen)
El drama de Miguel Ángel Vivas se aguanta con los puños cerrados, embargado por la frialdad de Jaime. La vida de un médico acostumbrado a lidiar con la sangre se tiñe de rojo traumático. Siente desgajarse tras una estocada de samurái mientras se diluye entre la confusión más desordenada. El caos de este sanitario, en la vivencia particular del dolor, busca al responsable de una paliza soberana descargada en su hijo. La bestia, amparada por la corrección social, persigue a otra bestia, refugiada entre la impulsividad juvenil. Jaime en ningún momento manifiesta el aturdimiento previsible de manera dramática ni desproporcionada sino que, poco a poco, su rabia crece internamente con frialdad envuelta en formol.
La inseguridad de Tu hijo se propaga como un germen portador de represalia convertida en hambre justiciero mientras Marcos (Pol Monen) levita entubado y magullado. Encarga a otro el trabajo sucio que maquinan sus heridas internas; es ahora cuando se agarra al favor por favor antes minimizado; no quiere mancharse las manos de sangre. El ciudadano pacífico muestra su violencia sufriendo el calvario emocional del cobarde.
Jaime, más acechante que asustado  
La mirada dura de Jaime clama venganza por la paliza a su hijo Marcos
Las miradas dicen más que las palabras, lo fotografía se emborracha de nocturnidad cómplice con el delito y el aislamiento. El espejo convertido en epicentro como enfoque y desenfoque de una bacanal óptica alcanza la permanencia empalagosa.
En Tu hijo se da una paliza y esa brutalidad adquiere autoría gracias a Internet con referencia directa a La Manada. Su violencia resulta más dañina cuando aparece de manera metafórica centrada en pensamientos agresivos, ojos de odio, silencios que asesinarían instantáneos.
Las miradas lo dicen todo en 'Tu hijo'. Jaime espiando a Sara  
Sara (Asia Ortega), la exnovia de Marcos, en un momento tenso de 'Tu hijo'

Miguel Ángel Vivas mantiene una intriga solvente hasta que destroza todo lo elaborado, en cuestión de segundos, con un final innecesario y ofensivo. Jaime y su soledad de llanero urbano hacen cualquier cosa por vindicar el honor del hijo convertido en vegetal; recuerda una frase mediática de Belén Esteban empapada de telebasura: por mi hija, mato.

J. G.


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