Los caldos con denominación de origen son motivo para la reunión entre amigos con aire de comedia festiva. Si, además, se produce con el acicate de la despedida solterona, el encuentro está justificado. Un argumento tan trillado detona la reunión en torno al espumoso francés de la Champagne. El viñedo actúa como telón de fondo donde las desavenencias y descubrimientos personales lubrican un largometraje con sabor galo. Esa cercanía física proporciona el descubrimiento de vidas alejadas por el tiempo. La semana se presenta como un torbellino de sorpresas que despiertan enfado y conmoción.
Champagne! es una invitación a pasárselo bien, a emborracharse con escenas conocidas donde las caras de los protagonistas son lo único que varían un argumento manido. La película se burla de la mediocridad masculina que no alcanza el influjo de una presencia femenil marcada por la amistad nacida en la infancia y una presencia opacada del
lesbianismo. Nicolas Vanier (
La escuela de la vida,
Belle y Sebastián) no deja pasar la oportunidad para incluir esta relación escondida entre dos mujeres como ingrediente de un condimento apto para todos los gustos.