Este álbum supone la culminación de una ‘trilogía ligeramente desencantada’ que empezó con Mis terrores Favoritos, y siguió con El tsunami emocional, intercalada por sencillos. Este disco posee canciones comandadas por el piano, con la mejor tradición del pop-rock británico 60-70 (aunque se cuelen sintes con aroma ELO) y con el toque tragicómico marca de la casa.

El segundo sencillo de su próximo álbum se apoya en el food truck. La canción avanza con un piano gruñón a cámara lenta.

Pop melancólico y minimalista en el que una letra profunda y poética invita a reflexionar sobre el presente desde el futuro y acerca al universo distópico y, en cierto modo, opresivo que nos presenta Proyecto Ballena.

La banda francesa versiona el clásico de Gloria Estefan en su segundo sencillo este año.

El trabajo destaca por sus letras y la voz rasgada del músico. La producción corre a cargo del amigo productor Nacho Mur, acercaando a la banda completa. El arte del disco corre a cargo del artista visual Alejandro Famos. Hay influencias diaspares desde el folk hasta lo minimalista, sin artificiosidad.

La banda madrileña trae un tema de pop-rock que trata sobre una ruptura, sobre dejar ir a alguien que quieres porque no te hace bien. A su vez, pretende ser una metáfora que habla sobre la libertad y la superación de uno mismo ante una mala situación.

Sin dejar atrás los sonidos de sintetizadores y guitarras de su álbum debut, los valencianos traen una versión adaptada al castellano y más bailable que la original, sin dejar de lado su melodía característica, clásica de las discotecas indie.

Se trata de una canción a ritmo de vals-pop con una instrumentación acústica delicada, detalles electrónicos de la mano del productor Gabriel Vidanauta y la colaboración de Yago Escrivá y Esmeralda Escalante, vocalistas del duo bonaerense AINDA.

El malagueño se vale de un sonido pop actual influenciado por artistas como Alizzz para articular un discurso sobre la llegada a la adultez. Las aspiraciones heroicas de la niñez chocan con ser adulto y, en este tema, Lekker afronta el hecho con melancolía y resignación salpicada porr momentos inesperados de felicidad.

Su tercer sencillo del próximo álbum de estudio cuenta con la colaboración de la pianista, compositora y cantante Meritxell Neddermann, quien con sus sintetizadores ha aportado su sonoridad al tema. El tema transmite energía, fiesta y ganas de bailar.