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UN VIAJE HACIA LA IDENTIDAD (DE GÉNERO)
Película Lola
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Entrevista al director |
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Lo que antes se llamaba opción trans, ahora hay que denominarla reasignación de género. Al menos es lo que Laurent Micheli hace entender en una trama abierta al debate y la actualidad. La aparición de Lola en primer plano sólo tiene de su etapa como niño el recuerdo, es una bofetada contra la identidad anterior y su enfrentamiento al entorno familiar como lucha presente. La vida en un albergue, y la comprensión de Samir, un compañero de habitación maltratado por el entorno, se enfrentan a la sociedad que un día le recibió sin trabas debido a su conformismo con lo dado. El presente planta cara a una sociedad cercana que no acepta su decisión. Lola es la mujer nueva, firme en su definición sexual presente ante el padre castrador de un deseo antinatural para su estrechez de miras. Con su aparición surge el conflicto entre la parte cercenada devuelta a una vida distinta y la convulsión de la otra que no admite el cambio, enlazadas por aspectos más biológicos que espirituales. La variación de sexo es el detonante del encontronazo familiar cuyo hilo conductor radica en la lucha entablada entre un cuerpo cambiado y al incapacidad paterna de aceptar la transformación que supera lo hormonal. La incomodidad ante lo incomprensible tensa una confluencia unida por la muerte de la madre, único elemento que vincula a Lola con Philippe. La compartición de un viaje obligado por la último decisión de la muerta, Catherine, marca la posesión del vivo sobre quien se ha convertido en polvo: una lucha de poder disfrazada de egoísmo sentimental, justificado al hacer del cadáver polvoriento una pertenencia material. Este trayecto vivido en común sirve de proceso aclaratorio a través del reencuentro lleno de hostilidad y franqueza. Eso que se llama película de carretera aquí está lejos del drama suave que Achero Mañas dibujó en Un mundo normal; la sátira con que el israelí Eran Riklis envolvió a sus personajes en El viaje del director de Recursos Humanos. La ternura documental puesta por Sébastien Lifshitz en Una niña o el crecimiento evolutivo de Transpapa muestran la metamorfosis del comportamiento íntimo humano. La temática definida hacia la realidad transgénero no alcanza la seriedad de Lola Pater aunque mantiene la sinceridad que el tema exige gracias a la dureza e intransigencia de Phillippe, objeto de su transformación particular, y la reafirmación de Lola en su rebeldía adulta (a pesar de sus 18 años).
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El conflicto generador de tensión surge con esta aparición del hijo marginado por su sexualidad, convertido en mujer dispuesta a saldar una deuda con el pasado. Lola afronta el encuentro con otra parte de su familia, no menos importante, con trauma e ira. La madre apoyó la decisión transformadora de Lionel en Lola entusiasmada mientras el progenitor intenta esconder una presencia de importancia física exclusivamente. Pero no es esta aparición aquello que le incomoda sino la incapacidad de entender una elección personal que no se corresponde con lo asignado por la Naturaleza. El largometraje Lola habla sobre el poder de decisión, la capacidad para aguantar el dolor físico y moral, el abandono de los recuerdos infantiles sometidos al maltrato de la edad, donde la imposición machista de la juventud no respeta al amigo considerado rarito en el grupo. Es un viaje padre-hija a través de itinerarios curvados, gasolineras adaptadas para el robo, la música aproximativa de Culture Club con Karma Chameleon, 4 Non Blondes y What's Up o la serenidad de Maria Callas en Tosca. |
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El acercamiento mantiene las distancias en ruta con una urna cineraria como testigo de la evolución que termina respetando lo que no se comparte. La no aceptación irreflexiva defiende al hijo incomprendido frente a la policía cargada de guasa ofensiva hacia Lola. La ira inicial se calma en momentos de diálogo desconcertado por un hombre que intenta frenar lo imparable. La interpretación de Benoît Magimel sale de las tripas, contundente en su extravío, más empeñado en convencer que entender.
¿Qué es normalidad sexual? Las películas sobre el transgénero se han convertido en argumento común de la gran pantalla ante el que cerrar los ojos es un error sujeto a prejuicios. La cerrazón de ideas y la claridad en la individualidad asumida apoyan un formato reducido de imagen (4/3), apropiado para un tema que exige intimidad sin poner puertas al campo. |
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Texto: www.photomusik.com
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