Entrada a nuestra tienda
To our shop

flecha
Home

 
 
PHOTO

USIK

 

Buscador interno

Loading
pto

.MENÚ
.ZONA GRÁFICA

puntoConcierto 1
puntoConcierto 2
puntoConcierto 3
puntoConcierto 4
puntoRecuerdo 1
puntoRecuerdo 2
puntoBiografías
puntoPasaron
puntoReportajes
linea puntos
ZONA AL DÍA

puntoAgenda
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosNoticias
linea puntosNovedades
linea puntos
.ZONA DE OPINIÓN
puntoPágina del Musinternauta
puntoEntrevistas
puntoFrases musicales
puntoCine y espectáculos
linea puntos
.ZONA DE CLÁSICA
linea puntosAgenda Clásica
linea puntosBiografías
linea puntos
.ZONA DE CONTACTO
puntoForo
puntoDe interés social
puntoEnlaces
puntoNewsletter
puntoTIENDA
linea puntos
.ZONA DE OCIO
linea puntosGraffitilandia
linea puntosAnecdotario
linea puntosChistes musicales
linea puntosLetras de canciones
linea puntosJuegos
linea puntosMúsica y salud
linea puntosRADIO
linea puntos
.ZONA DE DESCARGAS
puntoSalvapantallas
puntoProgramas
puntoTonos musicales

pto

 

 
 


 


MUSINTERNAUTA

TU OPINION TIENE UN SENTIDO
Histórico

 


"¡SIN TREGUA!": UN GRITO DE GUERRA
(Concierto de WARCRY.
Sala La Riviera, Madrid, 11 de noviembre de 2006)
J.G.
(Madrid, España)
WARCRY. La quinta esencia

Una tormenta de Heavy Metal descargó sobre Madrid. Los chicos de Víctor García se enfrentaron a una doble reto: ¿qué acogida recibirían las nuevas canciones que presentarán en directo? y la competencia de otra banda mítica, U.F.O., que a es misma hora tocaba en la sala Heineken.
La cola que esperaba para ver a los asturianos era inmensa, el lleno estaba garantizado. El aliciente: ver la garra de esta banda y disfrutar del nuevo trabajo, eje del concierto.

Conforme La Riviera se iba llenando, el ambiente se fue calentado. La gente quería música, guerra y escuchar buen Metal. Entre los chorros de humo que se expandían desde el escenario se escuchaba el obligado"Un bote, do botes, tres botes... fascista el que no bote", característico de este ambiente. El metal es una música reivindicativa, capaz de reinventarse en cada concierto. El público asiduo a estos conciertos es fiel a su grupo y puede resultar demoledor a la hora de criticarlo. No entiende de compasión, pero siempre está ahí: para lo bueno y lo malo.

El comienzo se estaba retrasando, la gente se empezaba a intranquilizar. Coreaban "¡Que vengan ya!", título de la primera canción que WarCry tenían en su repertorio. Entre consignas y humo, el escenario se oscurece; suena la intro correspondiente y Alberto Ardines es el primero en aparecer. Conforme el resto del grupo va saliendo, la música es eclipsada por los gritos del respetable."WarCry, WarCry, WarCry" era un coro al unísono. El ambiente siniestro que dejó el humo se convirtió en alboroto y griterío para terminar por asustarlo.

El concierto se desarrolló en un escenario que estaba vestido por cuatro paneles blancos decorados con ruinas medievales y bosques. Este montaje recordaba a Hammerfall, sonó "Ulises" y su épica reforzó el aura del grupo. Hadas, elfos, duendes, leyendas, príncipes, castillos, princesas. También decadencia y desamparo.
Esta es la atmósfera que evoca la música de WarCry. Imaginación.

El Heavy Metal español goza de buena salud. Así lo dejó patente Víctor, el frontman de WarCry, y su voz. Desgarrada y potente. En ningún momento desmereció ni se hizo aburrida. Se movía de un lado a otro del escenario, sus manos se fundían con las del público, su voz retumbaba en los oídos de los fans, se enfrentaba al micrófono con furia... Vomitaba lírica. Las canciones fueron interrumpidas en muchas ocasiones por el coro del público, muestra de la fidelidad al grupo. Durante estos espacios de tiempo, Víctor se divertía, asombraba y descansaba.

Merece una mención aparte la labor que realizaron la guitarra de Roberto García (destacó su trabajo en "La Vieja Guardia") y la batería de Alberto Ardines. Ambos instrumentos mantuvieron una relación de amor-odio que se hacía patente en los punteos y redobles. Sin ellos, posiblemente, la voz de Víctor se hubiese quedado vacía. El tema "Un poco de fe" puso los pelos de punta y a más de uno se le rompió la garganta.

La aparición discreta, pero imprescindible, de los teclados se convirtió en un elemento clave durante el desarrollo de todo el evento. Elegancia.

Cómo sintetizar el espíritu de este concierto: ¿la entrega de WarCry o un fifty-fifty entre los asturianos y sus seguidores?... Fue un terremoto, sin lugar a dudas. La música dura y su capacidad de congregar masas se llevó todo el mérito. El camino que les queda para un mayor reconocimiento musical no es fácil. Sin embargo, las canciones de "La Quinta esencia", su sexto disco desde que nacieran en 2001, están abonando el terreno para que lo consigan.

El deseo de Víctor de dejar al público agotado y afónico se cumplió, si bien no contó con que este cansancio demandó más Metal. Su estado de éxtasis no les hizo ser conscientes de dicha fatiga. El derroche de energía valió la pena. A la gente no le importa terminar exhausta y afónica si para ello se han divertido. El público fue una parte muy importante del espectáculo.

J.G.

La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores expuestas en esta sección.
Texto: www.photomusik.com ©
<< 2005      < anterior          siguiente >       2007 >>   

© Copyright Photomusik.com