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AMOR, FE Y SEXUALIDAD
Película "Disobedience"
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
Video |
Banda sonora |
Entrevista director |
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Entrevista actriz1 |
Entrevista actriz2 |
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Entrevista actor |
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Sebastián Lelio es uno de los grandes activos del cine internacional y embajador de la nueva narrativa cinematográfica sudamericana. Su trabajo se desmarca de las modas sociales entre lo cáustico y el centralismo moral. Trasciende de lo visual para lanzar un mensaje igualitario que rechaza la categorización. Junto a Santiago Mitre, son dos espadas de primera línea comprometidos con la temática de su producción. La complicidad erótica está presente en una filmografía que, lejos de quedarse en su presencia anecdótica, profundiza en el pasado que incorpora al presente.
La imagen tradicional de la mujer rompe una lanza en favor de su elección sexual desafiando al maniqueísmo religioso (en este caso judío). Disobedience es denuncia, positivismo, un título conductor de vitalidad adormecida, la consolidación de una amistad perdida, una llamada de auxilio que, aprovechando la coyuntura, hace de la muerte el pretexto para un reencuentro revelador.
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El reproche y el calor de un magma tórrido confluyen en un título explicativo con la intensidad sincera que mantiene constante la llama del deseo y la entrega. El tiempo, y la imprevisibilidad de la muerte paterna, provocan la coincidencia entre amistades antiguas y sentimientos desconocidos. Ronit Krushka y Esti Kuperman, amigas en la adolescencia, han encarado la vida con miradas opuestas: la primera, convertida fotógrafa sin filtro pasional, oveja negra e hija silenciada por un rabino ortodoxo que apenas la menciona; la segunda: absorbida por la religiosidad asfixiante. Ronit acude a la llamada de una despedida en la que el padre muerto no le dirá su último adiós sino que son los vivos los encargados de recordarle una actitud casquivana dentro del formalismo judío. Ella decidió huir en busca de autonomía mientras que la señora Kuperman (Rachel McAdams), costilla dócil, ha decidido ocupar el espacio dejado por Ronit Krushka (Rachel Weisz) en un estado de sumisión absoluta. El triángulo se completa con el marido obediente y aferrado al duro costumbrismo de su fe, enamorado de una mujer que desconoce. |
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La bienvenida enmarcada en la colectividad representa el vacío de una acogida familiar distante y fría. Los tópicos gramaticales entorpecen una agilidad dramática constante con frases que realzan la presencia del difunto; léase, el muerto se hubiera alegrado si [él] hubiese estado aquí. Son resbalones lingüísticos que elevan el protocolo ante el sentimiento íntimo haciendo de la muerte un homenaje terrenal. El regreso provoca la explosión del sentimiento carnal entre dos mujeres no tan distantes en la pasión. La afirmación de la sexualidad femenina crece con encuentros vívidos que, sin el trasfondo religioso, son de lo más común. La introducción del matiz espiritual aleja a Disobedience de ser una película sobre lesbianismo al uso. El ímpetu de un amor prohibido y distante triunfa en su clandestinidad mientras rompe los barrotes de un encarcelamiento alimentado por la aceptación de una esposa reprimida. Las pasiones enterradas abandonan la tumba cavada por una moral asentada en la ortodoxia judía de un barrio londinense. |
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¿Por qué todavía hoy la mujer debe pedir a su marido que le conceda la independencia para escapar de las garras que supone el matrimonio en una convivencia artificial? Sebastián Lelio se lanza a una producción internacional atraído por el reto de que propone la novela inspiradora de su película. Disobedience incide sobre la falta de libertad femenina en un sociedad dirigida por un código creyente enajenador. Se dan cita decisiones, posturas, miedos, rupturas con el pasado, afirmaciones personales en una lucha por derechos que las imposiciones morales del entorno arrebatan. El director chileno logra uno de sus trabajos más redondos con una película que recoge la esencia femenina de Gloria, dirigida por él, y Carol, en donde los conflictos femeninos sacuden el horizonte. Disobedience es sinceridad sentimental, la dualidad de un drama femenino penetrante, la unión de libertad sexual con libertad de elección, la exclusión del género en el amor y la búsqueda de la reafirmación en el anhelo reprimido. |
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